El cardo, es una verdura de la familia de las Asteráceas, a la que también pertenecen las alcachofas, lechugas y endibias. Tiene unas características muy similares a la alcachofa en cambio, proporciona la mitad de calorías.
Su consumo, está muy extendido en los lugares en que se cultiva y sobre todo en Navarra donde se cocina hervido o rehogado.
En esta receta, lo combinamos con pechuga de pollo y lo cocinamos en una salsa blanca.
INGREDIENTES
400 g. de cardo limpio.
750 g. de pechuga de pollo troceada.
Perejil.
Dos dientes de ajo.
Una cebolla.
1/2 vaso de vino blanco.
Dos cucharadas de harina.
1 l. de caldo de pollo.
Almendras crudas.
Aceite
Sal y pimienta
ELABORACION
Ponemos a cocer el cardo en agua salada durante treinta minutos. Hemos utilizado cardos congelados, ya que suelen ser de buena calidad y tienen la ventaja de evitarnos la tediosa tarea de limpiarlos. Una vez cocidos, escurrimos y reservamos.
En una cazuela, ponemos dos cucharadas de aceite y sellamos la carne salpimentada. Reservamos.
Picamos la cebolla y dos dientes de ajo y los ponemos a pochar en la misma cazuela en que hemos doramos el pollo.
Una vez pochada la cebolla, añadimos medio vaso de vino y dejamos que se evapore el alcohol.
Agregamos al conjunto dos cucharadas de harina y movemos para que se disuelva, no se queme y vaya formando una salsa.
Incorporamos el pollo y los cardos reservados, las almendras trituradas o troceadas y un poco de perejil picado.
Probamos el punto de sal y dejamos cocinando a fuego lento, para que se combinen los sabores.
Movemos de vez en cuando suavemente con una cuchara de madera para evitar que se pegue al fondo.
Apagamos el fuego cuando esté el pollo a nuestro gusto.