Otoño, sinónimo de hongos, aguacates, pulpo y sobre todo, castañas asadas. Las castañas son uno de esos pequeños placeres precedentes al invierno. Cuando ya es obligatorio salir a la calle abrigado y con bufanda (cuando todos parecemos Bibendum, la mascota de Michelin) y a las séis de la tarde ya es de noche, no hay mejor forma de entrar en calor que sostener entre tus manos un pequeño cono de papel con una docena de castañas recién salidas de las brasas.
En algunos pueblos los pequeños puestos de madera y trenecitos de carbón que venden castañas han proliferado como setas (sí, era un chiste malo), mientras que en otros todavía es demasiado pronto. Si eres de los míos y estás ya desesperado por comer unas buenas castañas asadas, ve a la frutería más cercana, compra medio kilito y te enseñaré varias formas de cocinarlas en casa, de la más sencilla, a la más... Gourmet.
Para los desgraciados que no tenemos cocina de gas...
Podemos asarlas de dos formas, las dos igual de válidas y con resultados muy parecidos:
Al horno: Hazles un corte transversal a las castañas para que no exploten al asarlas, esto deberás de hacerlo en todos los métodos que aquí explico. Extiende la cantidad deseada de castañas en una bandeja para horno y métela en él previamente calentado a 180ºC. Baja la temperatura a unos 160ºC y éjalas asar entre 10 y 15 minutos. Estarán en su punto cuando la cáscara presente negreces y la carne esté de un color amarillo intenso y tierna, algo brillante y melosa. Remueve de vez en cuando.
En vitrocerámica o inducción: Pon una sartén que no te importe estropear "al fuego" medio-bajo, con las castañas ya en ella. Déjalas asar 10 minutos removiendo de vez en cuando y. si lo deseas, añadiendo unas pocas gotas de agua cuando veas que necesitan un empujoncito.
En cocina de gas
En sartén: Puedes utilizar el mismo método que hemos utilizado para vitrocerámica o inducción, con el fuego al mínimo. El resultado con el gas es mucho mejor y más suculento, el fuego da otros matices más parecidos al asado que encontramos en los puestos de la calle. Lo ideal en una cocina de gas es utilizar una sartén con agujeros en la base, de forma que las castañas puedan estar en contacto directo con el fuego. ¡Recuerda hacerlas el corte!
Para los que no escatiman en gastos ni esfuerzos...
Más te vale tener terraza o balcón dónde hacerlo y que no dé a los colgadores pues apestarás la ropa...
Al carbón: Se puede hacer con una fuente de horno que no te importe estropear y una rejilla. Llena la fuente de horno con carbón vegetal y préndelo. Cuando tengamos ascuas pon encima una rejilla de horno y una sartén con agujeros, mete las castañas en la sartén y déjalas asar al carbón. ¡Maravilla!
¿Has probado en casa alguno de estos métodos? ¡Cuéntanos tu experiencia!