Este otoño tan atípico está haciendo que nuestra alimentación siga en stand by, mientras llegamos a los fríos y nuestro cuerpo nos demande otro tipo de platos. Mientras tanto, podemos ir aprovechando platos más fresquitos con ingredientes de otoño, como es el caso de este ceviche con mandarina. El ceviche o cebiche (podemos encontrarlo escrito de las dos formas) es un plato típico de la cocina latinoamericana, aunque se atribuye su procedencia a la cocina peruana, no es un hecho que esté totalmente contrastado, y como en tantos platos su procedencia es incierta. En el ceviche el pescado o marisco crudo (también se puede hacer con carne) se cuece en el jugo de los cítricos, normalmente lima o limón. Es normal que lleve cebolla, normalmente morada, y algo de picante. Carece de materia grasa, aunque es habitual que se le añada aceite de oliva a la preparación en muchos países. El mío lleva dorada, gambas, no lleva aceite y está cocido en el jugo de la mandarina.
INGREDIENTES:
300 gr. de gambas frescas
Una lubina de 500 gr. de peso, en filetes
El zumo de dos mandarinas
Dos mandarinas (las mandarinas son alicantinas, de la marca Naranjas King, que me envió amablemente una caja para probarlas)
Sal
Pimienta
Una guindilla
Una cebolla (la mía blanca, aunque podéis ponerle morada)
Perejil picado (podéis sustituir por cilantro)
PREPARACIÓN:
Cortamos los filetes de la dorada en taquitos, pelamos las gambas. Lavamos ambos y secamos con papel absorbente. Cortamos la cebolla en juliana fina, añadimos todo a un bol. Rallamos un poco de piel de mandarina y se la añadimos. Salpimentamos. Echamos dos mandarinas en gajos, y también las añadimos. Cortamos la guindilla y también añadimos. Por último, le añadimos el zumo de las dos mandarinas, procurando que el pescado y el marisco queden cubiertas. Tapamos con film transparante el bol y guardamos en el frigorifico durante una hora al menos.
Sacamos de la nevera cuando veamos que el pescado ha dejado de estar crudo y haya cambiado de color. Es entonces cuando estará listo, dejando de estar crudo, ya se cuece con el jugo de la mandarina. Sacamos y servimos con abundante perejil picado por encima.
Este ceviche lo hemos acompañado de un vino espumoso que probé hace unas semanas en un bar de Salobreña, y que me gustó tanto que lo busqué y compré para casa. Se trata de un vino espumoso diferente a todo lo que conocemos, de una graduación muy baja, sólo 5,5%, y con un efecto que se produce al moverlo consistente en crear una sensación parecida a una llama viva de fuego que crece y se mueve en su interior. El Pink Gold de Aviva, cuya variedad de uva es una mezcla de moscatel y airén, se puede tomar tanto acompañando las comidas como en los postres. De aromas recuerda a flores blancas, cítricos y en es especial a pomelo y corteza de naranja. En boca es dulce, de paso agradable y ligeramente persistente, con acidez equilibrada e integrada. Este vino valenciano, de Vintes, Torre Oría, tiene dos hermanos más, el Aviva Platinum y el Aviva Gold, vinos que también compré y que no he tenido tiempo ni de fotografiarlos para el blog. Lo recomiendo de cara a las fiestas navideñas, seguro que sorprenderá a vuestros comensales, además, al tener tan baja graduación alcohólica, es ideal para beber más de una copa. Lo he visto en tiendas on line sobre los ocho euros la botella.
Con este vino y el ceviche os dejo, esperando que paséis un feliz lunes.
Lidia.