Acompañado de mermelada de fresa por encima será un postre perfecto para este San Valentín, ¿no os parece? La mermelada de fresa la podemos hacer nosotros con un poco de gelatina y fresas o bien en el mercado podemos encontrar un buen surtido. Yo he utilizado mermelada Hero de fresa sin azúcares añadidos de la casa, que he de decir que está muy buena.
Si utilizamos miel, recomiendo poner una bandeja debajo del molde en el horno, porque al cocinar se puede llegar a salir si nuestro molde es desmontable, tal y como el que yo empleé. Más que nada para que no nos deje el horno perdido.
Ingredientes para el relleno de queso
500gr. queso ricotta
1 yogur griego
zumo de 1/2 limón
2 cucharadas de maizena
100ml. crema de leche
3 huevos
2 cucharaditas de estevia líquida
4 cucharadas de miel o azúcar de coco
1 cucharadita de vainilla
Ingredientes para la base del cheesecake
90gr. galletas (mejor si son sin azúcar)
50gr. mantequilla
Mezclamos todos los ingredientes del relleno de queso y los pasamos por una batidora. Los huevos los añadiremos uno a uno. Batimos unos 3 minutos todo.
Preparamos la base picando las galletas y mezclándolas con la mantequilla. Podemos hacerlo con las manos perfectamente.
Forramos un molde con papel de horno y sobre este cubrimos la base con la mezcla de galletas, presionando de manera que quede todo bien prensado.
La mezcla del queso la vertemos sobre las galletas que hemos puesto en el molde.
Horneamos 10 minutos a 240ºC y luego bajamos el fuego a 180ºC durante otros 20 minutos más. Finalmente dejamos enfriar en el mismo horno.
Por último, y de forma opcional acompañamos con mermelada de fresa, que la podemos verter sobre la tarta y servir así, o bien que cada uno se añada la mermelada que quiera.
¡A disfrutar! Os dejo aquí un trocito para que lo probéis. Espero que os guste