Éste es uno de esos posts pendientes que en su momento no pude publicar porque estaba sin ordenador. Fue un postre que hice para Halloween y me gustó tantísimo que no quería dejar de compartirlo, aunque fuera tarde. De hecho se puede hacer para cualquier ocasión. En casa voló a los dos días, con eso ya os digo todo. Eso sí, no es un postre para contar calorías, porque las tiene a montones.
La receta es de Reyes del blog Sweet Carrot Cake . Me fio un montón de sus gustos reposteriles, sobretodo de los que tienen oreo, no fallan!! :)
Aunque parezca una receta compleja, no lo es en absoluto. Os animo sin duda a hacerla, su sabor es suave y delicioso.
Ingredientes:
Para la base:
• 190 g de galletas tipo Oreo
• 60 g de mantequilla derretida
Para el relleno
• 450 g de queso crema
• 340 g de calabaza cocinada al vapor
• 200 g de azúcar
• 1 cucharadita de canela en polvo
• 1/2 cucharadita de nuez moscada
• 4 huevos
Para la cobertura:
• 15 onzas de chocolate con leche al caramelo Valor
• 30 g de chocolate blanco
Preparación:
Empezamos preparando la base. Trituramos bien las galletas y las mezclamos con la mantequilla previamente derretida. Ponemos esta mezcla en la base del molde (preferiblemente desmontable) y lo engrasamos. Distribuimos bien la mezcla con las manos presionando y lo dejamos en la nevera mientras preparamos el relleno.
Precalentamos el horno a 150ºC. En un bol mezclamos el queso crema, la calabaza, el azúcar, la canela, la nuez moscada y los huevos. Batimos un buen rato con las varillas eléctricas hasta que esté todo bien mezclado y espese un poquito. Ponemos la mezcla en el molde y horneamos durante 90 minutos (calor arriba y abajo).
Dejamos enfriar la tarta en el molde encima de una rejilla metálica. Tener en cuenta que tiene que estar completamente fría cuando la vayamos a decorar.
Para la cobertura, derretimos primero el chocolate con leche al caramelo y lo extendemos por toda la superficie. Dejamos que se enfríe para que se solidifique, pero no del todo, que esté aún un pelín blando. Podemos acelerar este tiempo metiéndola en el congelador unos minutos.
Derretimos el chocolate blanco y lo colocamos con una manga pastelera sin boquilla haciendo una espiral (empezamos en el centro de la tarta). Con un palillo y comenzando desde el centro trazamos líneas un pelín curvadas, hacia el exterior, como si estuviésemos dibujando los radios de una rueda.
Tenemos unos pequeños golosos en casa, es bueno saber que no soy la única. Aunque no sé si me va a servir la excusa de “no he sido yo” :D
Espero que os haya gustado tanto como a mí.
Besos a montones!!
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