La coca de recapte es típica de Lleida. En mi casa siempre se ha hecho. Primero la hacía mi abuela, luego mi madre y ahora también soy yo quien la hago. Recapte se refiere a todo aquella que se recogía del campo y así se hacía un plato típico para poder comerlo sin plato y que se pica tan a gusto a cualquier hora.Ingredientes para 6 coques:
un vaso de agua
harina
aceite de oliva virgen extra (si es de Castelló de Farfanya, tiene un valor añadido par mí ;-) )
dos berenjenas grandes
tres pimientos medianos
atún en aceite
sal
harina de trigo
Empezamos asando los pimientos y las berenjenas. Yo suelo hacerlo en una parrilla eléctrica, pero la mejor manera es hacerlo sobre la llama del fuego de leña, aunque como eso es difícil, puede hacerse también a la plancha o al horno. Cuando los tenemos asados, los dejamos enfriar un poco, los limpiamos y los cortamos a tiras.
Mientras estamos asando, iremos preparando la masa para las coques. En un bol ponemos un vaso de agua templada, un buen chorrito de aceite, sal y le iremos echando harina hasta conseguir una masa pastosa que ya no se puede remover con cuchara. Ponemos harina en el mármol y echamos la masa. Vamos amasando mientras admita harina. Cortamos panecillos y los amasamos uno a uno. Para asegurarme que todos son iguales, peso la masa y me salen 6 panecillos de 100 gramos cada uno. Dejamos reposar la masa unos diez minutos tapada con un paño de cocina.
Luego, extendemos los panecillos uno a uno con el rodillo y sin volver a amasarlo, sólo estirar sobre la superficie de trabajo cubieta ligeramente de harina. Forramos la bandeja de horno con papel de aluminio y espolvoreamos un poco de harina y un chorrito generoso de aceite. Podemos colocar tres coques en cada hornada, así que adaptamos la forma al tamaño de la bandeja de horno. Distribuimos las tiras de pimiento y berenjena y colocamos unas montañitas de atún o bien trozos de arenque o de longaniza. Esto va al gusto de cada uno. La tradicional lleva arenque, pero con atún se come más fácil porque no hay que limpiar la espina. Regamos ABUNDANTEMENTE con aceite de oliva y le añadimos un poquito de sal. Digo abundantemente porque el secreto de esta coca es no escatimar en aceite y, si engorda, pues mejor dejar esta receta y preparar una ensalada.
Metemos la bandeja en el horno previamente precalentado a 220º C a media altura, con fuego arriba y abajo, y lo horneamos durante unos 20 minutos. Si vemos que va demasiado rápido bajamos la temperatura y si el aceite no burbujea la subimos. Esto hay que ir controlándolo porque cada horno tiene su cosa.
Cuando se ven ya doraditas, pueden sacarse y una vez templadas ya se pueden comer. Es un de los mejores placeres comerlas recién hechas y crujientes.
Ya tenemos nuestras coques listas. Seguro que sorprenderéis a vuestros amigos con esta receta y, además, al día siguiente siguen igual de ricas.
NO TENEMOS EXCUSA PARA NO HACERLAS ESTE FIN DE SEMANA! Espero que os sea útil esta receta y que la compartáis con vuestras amistades. Seguro que más de uno os lo agradecerá. También os invito a comentar esta entrada para ver qué os parece y así me contáis también vuestra experiencia.
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