Dentro de la cocina japonesa existen nuevos ingredientes, texturas y sabores a disposición de paladares dispuestos a innovar. La cocina japonesa no ofrece sólo alimentos, también recrea ambientes y descubre nuevos espacios y decoraciones donde disfrutar de uno de los mayores placeres de la vida: el buen comer. Los platos que componen esta gastronomía poseen una elegante sencillez.
Innovación en los fogones
Los principios que rigen la cocina japonesa es nipona son la acertada combinación de sabores de los alimentos y el respeto por una dieta equilibrada. Es por ello que la filosofía de los platos se basa en el uso de productos frescos, lo que en japonés es el Kitetsukan, y las grasas más sanas.La cocina japonesa se asienta sobre cinco sabores: lo dulce, lo amargo, lo picante, lo ácido y, por último, lo salado. La sabiduría para combinarlos en su justa medida es lo que caracteriza el sabor tan personal que nos ofrecen los preparados orientales. Por otro lado, son también cinco los colores que visten las vajillas niponas: el blanco, el amarillo, el verde, el rojo y el negro. De nuevo la armonía tan característica de lo japonés se representa en la unión de las distintas tonalidades con la perfección.
Gracias a ello, disponemos de unos platos que son todo un placer para la vista, el gusto y el olfato. Y es que los cocineros japoneses se preocupan de que sus creaciones sean agradables a estos tres sentidos, pero sobre todo al de la vista, ya que el primer paso ante un plato de comida nipona es degustarlo con los ojos.
Si acudimos a un restaurante japonés debemos saber que en ellos los platos no se clasifican por el lugar que ocupan en la comida sino por el método utilizado en su preparación. Es este caso, nos encontramos con cinco posibilidades. En primer lugar, puede ocurrir que elijamos comida cruda, o sashimi. Podemos probar también los platos hervidos, o mushimono. La tercera posibilidad es la parrilla, en japonés yakimono. Otra oferta son los fritos, o agemono. Y por último los preparados al vapor, o mediante nabemono.
Innovaciones en la mesa
La restauración japonesa no sólo se centra en los alimentos y los platos, la decoración de los espacios llega hasta el último rincón. El punto fuerte es el diseño de las vajillas. Para ellas se utiliza una gran variedad de materiales, como la madera, el barro cocido, la porcelana, o incluso el gres, plásticos y fibras, y por supuesto los metales. A pesar de esta gama, en la actualidad se siguen buscando nuevos materiales que ofrezcan mayor resistencia.En cuanto a los colores, predomina la combinación de los blancos y los negros, aunque va en aumento el número de utensilios en los que se han utilizado otras tonalidades más vivas. El color de las vajillas ira siempre en armonía con el de los alimentos que la acompañan.
Debemos destacar también que nunca encontraremos platos de forma circular como los que estamos acostumbrados a ver en cualquier restaurante. La cocina japonesa opta por las formas cuadradas. Esta nueva tendencia está calando hondo entre los restauradores del resto del mundo e imponiéndose tanto en los hogares como en los espacios públicos.
Sobre la decoración que nos rodea, los japoneses suelen optar por recrear los paisajes y jardines japoneses o bien por una decoración más elegante y sencilla.
Y ahora... ¡a comer!
Aunque el plato más conocido ha sido siempre el Sushi, las últimas tendencias han favorecido la expansión de nuevas recetas además de desterrar viejos mitos como que este plato se preparaba únicamente con pescado crudo. Los platos que componen la cocina japonesa son muy numerosos. Aquí tenemos algunos ejemplos:El famoso Sushi se prepara con arroz y vinagre, acompañados de un relleno de pescado, marisco, huevo o verduras, ingredientes que pueden aparecer hervidos, fritos o marinados. Los componentes más utilizados son el atún, la gamba o el calamar, aunque también se usan pepinos, rábanos marinados y tortillas con un ligero toque azucarado.
La Tempura consiste en la fritura de gambas, pescados o verduras, después de que éstos hayan sido rebozados en una mezcla preparada de agua, huevo y harina de trigo. Quien la prueba se queda prendido de su suavidad. El término Tempura se asignó a los fritos y buñuelos que los portugueses llevaron al país nipón en el siglo XVII, éstos últimos utilizaban la palabra "tempora".
El Sukiyaki, que se prepara ante las miradas de los comensales, es un plato compuesto por finas lonchas de ternera rehogada acompañadas de verdura, tofu y fideos. Este es, para muchos, el plato nacional por excelencia en Japón. La preparación del Tonkatsu puede resultarnos familiar, al igual que su ingrediente fundamental, ya que se trata de un escalope de cerdo empanado y frito.
Existen dos elementos muy comunes dentro de las cocinas japonesas: las algas y la soja. Esta última es conocida en todo Oriente como la "carne del campo" y posee un gran valor nutritivo. Las algas son un elemento básico en la cocina japonesa, sobre todo en la elaboración de su caldo básico, el dashi.
Para acompañar este menú qué mejor que el Sake, un vino de arroz ideal que combina a la perfección con estos platos. Su fermentación se produce a partir de arroz y agua. Los japoneses han consumido esta bebida alcohólica desde tiempos inmemoriales. En invierno suele tomarse caliente, de forma que templa el cuerpo, aunque también se puede beber frío.
Recetas:
Sopa de miso
Sukiyaki
Tempura
Suhi variado
Sopa Ramen Shoyu
Pescado al teriyaki
Sopa japonesa