La pasta es un alimento sabroso y muy versátil, puede comerse tanto sola con un chorretón de aceite de oliva virgen extra, con salsa, salteada con ajo y perejil... Además de rápida de hacer, siempre es útil tener un paquete o dos de pasta seca en el armario. Sin duda, un gran recurso.
Hemos perdido esa tradición de maltratar la pasta cociéndola en exceso hasta casi disolverla en el agua misma, (y qué bueno esta ese plato de macarrones pasados, que ya han perdido hasta su forma cilíndrica, con tomate, salchichas y chorizo que nos prepara la abuela), y de anegarla en diferentes tipos de salsas precocinadas. Hoy en día ya nos atrevemos hasta elaborar pastas frescas en casa, cómo esta que os presentamos hoy, cómo no, con los productos que Laumont, empresa especialista en trufas, hongos y setas frescas así como sus derivados, y empresa colaboradora con The Traveller Cook, nos envía mes a mes.
Hace ya año y medio os enseñábamos en este site a elaborar unos "Ravíolis rellenos de pato con salsa pesto y piñones" con pasta fresca, 100% caseros y desde cero, resultó ser una de las recetas más leídas del año, detrás de la Pizza Tartufo también en colaboración con Laumont. Ahora hemos querido dar un paso más adelante y enseñaros a elaborar una pasta fresca con aroma a trufa, un toque elegante y divertido para tus platos.
Ingredientes para 2 raciones:
110g de harina floja
1 huevo L (si es campero mucho mejor)
1 cucharada de aceite de trufa negra o aceite de trufa blanca (al gusto) de Laumont
Elaboración:
Es realmente fácil de elaborar, rápido, no requiere de gran esfuerzo y económico. ¿Qué más quieres? Lo único especial es la máquina para hacer pasta, que podéis encointrarla directamente en Amazon o en diferentes supermercados.
En una mesa de trabajo disponemos la harina y hacemos un agujero en el centro formando un volcán con ella. Añadimos una cucharada de aceite de trufa negra o blanca, al gusto, y el huevo. Con la ayuda de dos dedos o de un tenedor, rompemos la yema y vamos mezclando el interior con la harina formando pequeños circulos.
Cuando veamos que empieza a adquirir consistencia, pasamos a amasar con las manos, enharinando la mesa de vez en cuando si es necesario. Lograremos una masa no muy pegajosa manipulable con las manos, es entonces cuando amasaremos hasta lograr una "bola" que no se nos pega en las manos, de superficie lisa, similar a la plastilina.
Aplastamos la "bola" de pasta con las manos y pasamos por la máquina. Esta máquina está compuesta por dos rodillos que la aplastan y laminan en diferentes grosores. Lo ideal, es empezar por el calibre número 1, pasar la pasta, doblar por la mitad y volver a pasar. Estrecharemos los rodillos número a número hasta alcanzar el calibre 8 o el 9. Probablemente, sobre el calibre 5 la masa será demasiado larga para manipularla cómodamente, córtala por la mitad y sigue.
Estas máquinas también traen consigo el utensilio para cortar la pasta en tallarines o espaguetis. Pásalo por ello. Tan solo queda cocerla en agua salada (un 10% de la cantidad de agua) hirviendo unos 3 minutos.
¡La semana que viene volveremos con una receta a partir de la pasta fresca, id ensayando!
Receta elaborada por The Traveller Cook con la colaboración de: