Quizás la carne de conejo no sea la más popular, pero es una carne que debemos incluir en nuestras dietas por múltiples propiedades, entre ellas la de ser una carne magra, recomendada para dietas bajas en calorías, sobre todo en caso de enfermedades cardiovasculares. Además es rica en vitamina B12, por lo que es ideal para tomar en embarazadas o durante la lactancia materna. Como he dicho no es la carne más popular en mi casa, pero siempre que veo alguna receta interesante con conejo la preparo, y eso me pasó con esta receta que vi en la revista Cocina Fácil de Lecturas.
Es una receta que no necesita horno, y que se hace en una cazuela o sartén amplia. Las patatas las cocemos antes y luego las salteamos con un poco de aceite, por lo que tampoco son fritas, con lo que restan calorías a la preparación.
INGREDIENTES:
1 conejo cortado en 8 trozos
1 limón
2 ramitas de romero fresco
2 ramitas de tomillo
2 cucharadas de mostaza a la antigua (en la receta original era al estragón)
3 cucharadas de miel (la mía de castaño)
4 patatas medianas o pequeñas (en la receta original eran patatitas)
1 vasito de vino blanco (podéis sustituirlo por agua)
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
PREPARACIÓN:
Limpiamos bien la carne retirando la posible grasa que pueda tener (y cortamos en 8 trozos en caso de que no esté cortada). Salpimentamos. En un fondo de aceite de oliva virgen extra doramos el conejo por todos los lados.
Mientras tanto exprimimos el limón y reservamos el zumo. En otro bol añadimos la miel y la mostaza y removemos bien hasta que se integre todo por completo.
Lavamos el romero el tomillo y lo secamos y luego picamos.
Cuando el conejo esté dorado por todos lados añadimos el tomillo y el romero, agregamos la mezcla de miel y mostaza, el zumo de limón y el vasito de vino. Tapamos y cocemos a fuego lento durante unos 30 minutos.
Mientras tanto cocemos las patatas limpias y con piel en abundante agua caliente con sal. Lo haremos durante unos 20 minutos, más o menos. Luego cortamos en tres o cuatro trozos. Salpimentamos y salteamos en una sartén hasta que estén doradas con un poco de AOVE.
Sacamos las patatas y servimos junto con el conejo, rociando por encima los jugos que haya soltado éste durante la cocción.
Servimos añadiendo por encima romero y tomillo fresco.
Espero que os guste esta nueva propuesta.
Feliz jueves.
Fuente: este post proviene de Atrapada en mi cocina, donde puedes consultar el contenido original.
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