A decir verdad, el día de San Valentín como tal me es un poco indiferente. Soy de esas personas que aprecia los detalles en momentos y días inesperados, la espontaneidad de las sorpresas, los gestos y demostraciones sin etiquetas comerciales, ni fechas forzadas.
No obstante, al igual que el año pasado proponía esta tarta de remolacha, cacao y rosas, este año traigo otra propuesta que puede servir para el día de San Valentín o el día que te venga en gana, porque me parece la excusa perfecta para compartir una receta golosa y con chocolate. Pocos regalos puede haber mejores que el chocolate...y estoy más que segura que no soy la única por aquí que opina lo mismo.
Me pareció divertido cortar los trozos con forma de corazón, un poco con esta escusa del día del amor, pero como vengo diciendo, es ideal para cualquier otro día del año en que quieres tener un detalle dulzón con tu ser querido ya sea tu pareja, mejor amigo/a, mascota o vecino/a, o qué narices... contigo mismo. También hay que quererse, y si es con chocolate, mejor que mejor.
El brownie es ya un postre archiconocido desde hace tiempo, lo solemos encontrar servido en cuadrados con helado, nata montada (crema de leche), con o sin nueces, chocolate derretido... Un bizcocho de elaboración muy sencilla, que al parecer surgió en Estados Unidos allá por el siglo XIX a raíz de un error que su creadora tuvo al mezclar los ingredientes y olvidar añadir levadura. El resultado fue un bizcocho denso y más fino, pero de lo más suculento.
He hecho esta receta de brownie muchísimas veces, ha sido mi postre recurso para llevar en unas cuantas ocasiones de cumpleaños, baby showers, etc... y puedo decir con gran orgullo y satisfacción que los comentarios de los que lo han comido siempre han sido muy buenos. He ido modificando la receta con el tiempo, probando con diferentes harinas, endulzantes, chocolates... y creo haber conseguido el resultado que buscaba. Tras haber experimentado con varias harinas, he de decir que he encontrado el secreto del mejor brownie que jamás haya hecho, y eso es gracias a la harina de castaña. Le aporta un sabor y una textura especial que lo hacen irresistible, os aseguro que más de un trozo cae... Soy consciente de que esta harina no es siempre fácil de encontrar, yo la compro en una tienda de productos bio y naturales de mi zona, es en este tipo de tiendas donde la suelen vender. Sin embargo, que no cunda el pánico ya que se puede sustituir por cualquier otra harina como he indicado abajo en los ingredientes.
Para el glaseado he usado la misma receta de base que la de este bundt cake pero esta vez he añadido un poquito de açaí en polvo que funciona muy bien como colorante natural. El glaseado es totalmente opcional, quería añadirle algo un poco diferente que aportara también un toque de color. Eso sí, si planeas hacerlo, ten en cuenta el tiempo de remojo que los anacardos necesitan, es decir al menos 3 horas cubiertos de agua, o idealmente toda la noche.
Para esta receta, como quería hacer porciones pequeñas con forma de corazón, he usado las cantidades indicadas abajo, no obstante, si prefieres un brownie un poco más grueso puedes doblar la cantidad o también usar un poco de levadura.
Para darle forma he usado un cortador de masas con forma de corazón, pero si no dispones de uno, echa un vistazo a este enlace con indicaciones para hacértelo tu mismo en casa usando una lata de aluminio.
Ahí va la receta de este brownie sin gluten, lácteos ni ingredientes refinados.
RECETA DE BROWNIE CON GLASEADO DE AÇAÍ
INGREDIENTES (Molde cuadrado de 20 cm)
100 gr. de harina de castaña (o normal)
25 gr. harina de trigo sarraceno (alforfón) (o normal)
2 cucharadas de cacao puro en polvo
80 gr. de azúcar de coco o panela
70 ml. de aceite de coco virgen, líquido
3 huevos bio
200 gr. de chocolate negro 70%, cortado en trozos pequeños
1 puñado de nueces de California y pecanas, troceadas
1 cucharadita de escamas de sal negra
Para el glaseado
1/2 taza de anacardos crudos sin sal (remojados al menos 3 horas)
3 cucharadas de miel
2 cucharadas de aceite de coco líquido
1 cucharadita de zumo de limón
1 cucharadita de pasta o extracto de vainilla
1 pizca de sal fina rosa del Himalaya
1 cucharada de açaí en polvo de Salud Viva
Agua
ELABORACIÓN
Del brownie
Precalienta el horno a 180ºC.
Prepara un molde cuadrado de unos 20 cm, fórralo con papel de hornear.
En la Thermomix o batidora introduce todos los ingredientes y bate a máxima potencia unos 30-40 segundos.
Vierte en el molde de manera uniforme.
Coloca en el centro del horno y hornea durante 15-20 minutos, dependiendo si lo quieres más o menos hecho.
Retira y dejar enfriar.
Después corta en forma de corazones o en cuadrados.Del glaseado
Enjuaga y escurre los anacardos remojados.
Introduce en tu batidora eléctrica o Thermomix los anacardos y el zumo de limón.
Bate a máxima potencia, añadiendo un poco de agua gradualmente para facilitar que se triture bien, añade la sal, miel, aceite de coco, la vainilla y bate hasta conseguir una consistencia muy untuosa y cremosa.
Por último añade el açaí y mezcla. (Yo dividí la mitad del glaseado para tener 2 colores).
Decora los corazones como más de guste y ¡listo!
Fuente: este post proviene de Blueberries and Olives, donde puedes consultar el contenido original.
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