Ingredientes:
Cordero lechal -yo he usado 3 patas que han pesado 1,8 kg-
Ajo (1 cabeza entera)
Laurel
Romero fresco
Tomillo seco
Aceite de oliva
Vino fino de Montilla-Moriles (750 ml)
Pimienta negra
Sal
Limón
Preparación:
Trocear el cordero. Lo pueden preparar en la carnicería.
Pela la cabeza de ajos y córtalos en trozos grandes.
Prepara una olla grande a fuego alto (8/10) con un chorro de aceite de oliva.
Dora los trozos de cordero salpimentados.
Incorpora los ajos, la pimienta en grano (10-12 granos), el tomillo seco, el romero fresco, la hoja de laurel y saltéalo todo junto.
Incorpora el vino. Espera que hierva y que evapore el alcohol.
Tapa y baja el fuego. Cuece por 90 minutos.
Destapa y deja a fuego bajo para que la salsa reduzca.
Sirve.
Yo, en esta ocasión haré la receta con pierna de cordero lechal pero podéis hacer lo mismo con cualquier parte del cordero, con recental y también con chivo.
Lo primero es salpimentar, añadir tomillo seco y dorar a fuego alto.
Después añado unos granos de pimienta, romero, laurel, unas tiras de piel de limón (solo la parte amarilla) y por supuesto ajo, una cabeza entera pelada y troceada.
Ahora cubro con vino de Montilla-Moriles, un vino blanco seco con denominación de origen. Si no lo encuentras usa uno parecido (blanco-seco).
Tapa, baja el fuego y deja cocer una hora.
Pasada esta hora, destapa la olla y puedes empezar a preparar la guarnición. En esta ocasión van a ser unos piquillos confitados.
Deja que el caldo se evapore y se transforme en una untuosa salsa. Tardará como media horita pero no la pierdas de vista, ¡se te vaya a pegar!.
Mi fotografía creo que no refleja del todo lo bueno que queda este cordero. ¡Espero que lo pruebes!.