Pues eso, que compro lo que encuentro y en función de lo que he comprado organizo los menús. Justo al revés de como solía hacerlo. Lo que me preocupa es encontrar formas de hacer que nuestra comida se estire y que resulte atractiva. Pensemos como, en las circunstancias actuales, podemos comprar de manera responsable, reflexiva y efectiva cuando trabajas con una despensa limitada.
Una amiga el sábado pasado me envió un WhatsApp para decirme que había comprado los últimos cuatro paquetes de macarrones que quedaban en el Mercadona donde había acudido a comprar y después se sintió tremendamente egoísta.
Estos son tiempos sin precedentes, e incluso los “adultos sensatos” no sabemos como hacer frente a la situación. La perspectiva es tan abrumadora que tener almacenados 5 kilos de arroz, o 50 rollos de papel higiénico, hace que sintamos que todavía tenemos algo de control y que, a pesar de todas las incógnitas futuras, podremos alimentar a nuestra familia.
La desesperada necesidad mantener el control puede entrar en conflicto con nuestro igualmente fuerte sentido de la compasión y nuestro deber de ayudar a otros que son menos privilegiados. Sabemos que debemos resistirnos a comprar compulsivamente en el supermercado, comprando más de lo que necesitamos.
Personalmente me considero una “acumuladora” nata (crema de leche). Siempre me ha gustado tener un stock fijo de productos de limpieza y alimentación (soy de las que siempre han anotado en la lista de faltas cada artículo que había que reponer) y creo que tengo un buen manejo de lo esencial en los armarios. Soy afortunada de poder darme el lujo de comprar esa lata extra de lentejas o una bolsa de espinacas congeladas, pero hay una diferencia comprar un poco más, por si acaso, y comprar tanto que dejas a otros sin nada.
Un buen ejercicio sería tratar de resistir el impulso de comprar más de lo que necesitamos pero al mismo tiempo crear y mantener un stock de alimentos básicos necesarios para una alimentación completa y equilibrada. Os recomiendo leer la entrada “Lo indispensable en tu despensa ideal” que os puede resultar de ayuda.
Es el momento de ordenar armarios y frigorífico y asegurarnos de que almacenamos los alimentos correctamente para mantenerlos frescos durante el mayor tiempo posible. También resulta muy útil el congelador que nos permitirá mantener congeladas frutas y verduras durante mucho tiempo y también carne y pescado. (Ver entradas “Cómo congelar frutas y verduras” y “¿Qué queréis congelar?”.
Una despensa bien surtida, con productos no perecederos, es la clave para preparar deliciosas comidas incluso cuando el refrigerador lo tengamos vacío. Hay ciertos alimentos que siempre debemos tener en la despensa: lentejas, garbanzos, alubias, latas de tomate, arroz y pasta, … no solo duran años sino que facilitan una buena cantidad de proteínas y carbohidratos.
Además de arroz, pasta, cuscús, latas y paquetes de legumbres,… para garantizar comidas variadas, la sal, la pimienta y el aceite son imprescindibles. También es interesante tener siempre bricks o pastillas de caldo.
También es conveniente tener básicos para hornear como harina, levadura, vainilla, azúcar glas y cacao o chocolate. Además de esto, podemos tener harina de pan, nueces molidas, frutas secas y todo aquello que utilicemos normalmente.
Un repaso más exhaustivo lo tenéis en la entrada ¿Necesitamos almacenar alimentos para prepararnos para una posible cuarentena por el coronavirus?
Y para aquellos que no tengáis demasiada experiencia en la cocina os recomiendo la entrada “10 recetas básicas que todo el mundo debería conocer”.
Este es un momento incierto y sobrecogedor pero necesitamos comer. Y el acto de preparar y servir una comida, incluso una muy simple, nos proporciona mucha satisfacción. Si tenemos una despensa bien surtida, podemos preparar una comida estupenda con algunos alimentos básicos. Y si podemos comprar alimentos frescos nuestras opciones son todavía mayores. Podemos optimizar el ir a la compra y cocinar si mantenemos una buena organización en la cocina, si tenemos el stock controlado y vamos reponiendo lo que consumimos.
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