No hay nada como una cena informal de viernes después de una agotadora semana. Sólo es comparable a la buena peli que viene después tras terminar la cena y apoltronarse en el sofá.
Las costillas al horno se hacen solitas. Sólo hace falta un poco de tiempo por delante para que se horneen despacio y una buena untada con la salsa deseada con un poco más de horno y listos para comer con los dedos.
Aunque las más conocidas son las horneadas con salsa barbacoa, estas con salsa de mostaza y miel quedan muy suaves.
Para 4 personas:
un costillar de 1,5-2 Kg cortado a lo largo
mostaza
miel
sal y pimienta
Se precalienta el horno a 180º C con calor arriba y abajo. Se ponen los costillares enteros en una fuente para horno y se salpimentan.
Se hornea el costillar durante 1 hora, dando una vuelta a las costillas a la mitad de la cocción.
Se prepara la salsa poniendo en un bol tres cucharadas grandes de mostaza y 2 cucharadas de miel. Se salpimenta si es necesario y se va rectificando de mostaza o de miel según gustos.
Se untan las costillas con la salsa y se vuelven a introducir en el horno durante media hora o así, el tiempo necesario para que se doren las costillas sin quemarse la salsa.
Se recogen los jugos de las costillas que han quedado en la fuente de horno y se sirven inmediatamente acompañados de esta salsa y de patatas fritas.
Las he comido con una deliciosa cerveza negra Brabante, una cerveza española artesana que acompaña estupendamente a las costillas.