Una de esas que se hacen en un momento y hay que llamarla For Torpes, aunque haya que tener conocimientos tecnológicos para poner en marcha el horno y que no se queme.
Anda, anda... Torpe, dice... Si te gusta más que a un tonto una tiza.
¡Vamos! ¡Te van a encantar, torpón!
Mezclar, macerar. Y al horno.
¡A por ellos, que son pocos y cobardes!
Ingredientes:
1 kg de costilla de cerdo
65 ml de miel
50 ml de salsa de soja
50 ml de agua
2 ajos
40 ml de aceite de oliva
2 cucharadas de mostaza en grano
Sal, pimienta
Lo primero, picamos los ajos.
Esparcimos sobre las piezas de costillar.
Y "regamos" con aceite, del bueno.
Ahora la miel. Venga. Despacito.
Puedes ponerte una copita de vino o de cava, para que esta complicadísima labor te sea más grata y fácil.
Y la soja. Vamos. Bufff, no se yo, ¿será muy difícil para ti?. Naaaaaaaa.
Añadimos un poquito de pimienta. Movemos de vez en cuando y dejamos macerar al menos un par de horas antes de cocinarlas.
Colocamos las costillas, con el hueso hacia abajo, en una fuente de hornear. Pon el agua ahora, en el fondo de la fuente.
Horno precalentado a 180º.
Mezclamos la salsa de la maceración, con la mostaza. Prueba el punto de sal.
Pintamos abundantemente los costillares. Horneamos unos 30 minutos.
Damos la vuelta y pintamos de nuevo con la salsa. Si se queda muy densa, podemos añadir un poco de agua. 30 minutos más de horno.
Riega, al servir, con la salsa que ha quedado en el fondo de la bandeja de hornear.
Puedes hacer una espuma de coliflor (próximamente), para acompañar.