La vida está llena de pequeños placeres, y los desayunos pueden convertirse en un gran aliado para comenzar nuestro día con buen pie.
De entre todos los manjares que se pueden tomar a primera hora de la mañana, las masas planas a base de harina, huevos y leche; como los crepes, las tortitas o frisuelos, ocupan un lugar especial en el orden de preferencia de muchos.
Estos pueden ser dulces o salados, algo que estará determinado casi siempre por el relleno que elijamos.
Es una masa sumamente fina, casi transparente, y de forma redondeada debido a la circunferencia de la sartén donde se cocinan, conocida como crepera.
A diferencia de otras elaboraciones populares, los crepes tiene un origen bien conocido, situándose en Bretaña, una región al oeste de Francia, en 1390. Las primeras recetas no empleaban harina de trigo, sino trigo sarraceno, que crecía vigorosamente en la zona.
Por tanto, en caso de que seas intolerante al gluten, o exista alguien en casa con esta condición, puedes sustituir la harina de trigo por harina de trigo sarraceno.
El nombre puede conducir a error, ya que ni siquiera es un cereal, así como tampoco está ni remotamente emparentado con el trigo, careciendo totalmente libre de gluten.
Con qué acompañar nuestros creps en Thermomix
Probablemente, uno de los desayunos más internacionales sean los crepes con salsa Suzette, hecha a base de mandarinas y licor Cointreau.
Cuentan que el descubrimiento de esta receta se debe a un fortuito accidente; un cocinero derramó un poco de licor Grand Marnier sobre un plato de crepes, y sin percatarse de ello, los acercó a una llama llegando a flambearlos, dando lugar a los crepes Suzette.
Además de daros nociones concretas sobre como preparar la masa de crepes en vuestra Thermomix, os hablaré de algunos deliciosos acompañamientos como la salsa Suzette, entre otros, convirtiéndoos en unos maestros de la materia.
Ingredientes:
Harina floja de repostería 250 g.
Leche entera 500 ml.
Huevos M 2 unidades
Mantequilla en pomada 50 g.
Grasa vegetal o animal para la crepera
Sal 5 g.
Elaboración:
Introduciremos todos los ingredientes por el bocal del vaso de la Thermomix, a saber: la harina floja, la leche entera, los huevos, la mantequilla en pomada y la sal. Programaremos durante 20 segundos a velocidad 4, lo que será suficiente para homogeneizar la masa. La traspasaremos a una jarra que, correctamente filmada, guardaremos en la nevera durante al menos 30 minutos.
Observaremos que la consistencia de la masa es bastante líquida, sin embargo, en la nevera, al enfriarse y darle tiempo a la harina para que absorba más líquido, adquirirá una consistencia más espesa. Transcurrido el tiempo, la sacaremos del frigorífico y pondremos al fuego una sartén crepera, o en su defecto, si dispusiéramos de ella, la crepera eléctrica.
En la superficie, con ayuda de un papel de cocina, untaremos una fina pátina de grasa, que puede ser mantequilla, aceite de oliva, aceite de girasol, o aún mejor; tocino o manteca de cerdo, que es lo que se usaba originalmente. Pondremos el fuego al máximo, hasta casi alcanzar el punto de humo, al mismo tiempo que removemos la masa para integrar de nuevo la harina que ha decantado.
Con un cucharón, cacillo, o mismamente utilizando el pico de la jarra, verteremos una pequeñísima cantidad en el centro, que inmediatamente, con un giro de muñeca, iremos extendiendo hasta llegar a los bordes de la crepera, formando así un fino velo que cubra toda la superficie. Cuando comiencen a aparecer pequeñas burbujas en la masa, le daremos la vuelta.
Para voltear la masa, podemos emplear un tenedor, lengua de silicona e, incluso, un plato. La coceremos por el otro lado hasta que adquiera un apetitoso color dorado, e iremos apilándolas una sobre otra en un plato. Hay que mantener la sartén bastante caliente, evitando, eso sí, que llegue a humear. Atendiendo a estas proporciones, nos saldrían alrededor de 24 crepes.
Es importante repetir el mismo proceso con cada una de ellas. O sea: tanteamos temperatura, untamos un poquito con grasa, y vertemos en el centro la cantidad justa de masa, que rápidamente extendemos girando la sartén con un movimiento de muñeca. Terminada la masa, tan solo nos queda emplatar, para lo que os daré alguna sugerencia, como os habíamos prometido.
La salsa Suzette es bien sencilla, para la que necesitarás; 50 gramos de mantequilla en pomada, 50 gramos de azúcar glase, el zumo de una mandarina más la ralladura de la piel y una cuchara sopera de Cointreau. Echaremos todos los ingredientes al vaso de la Thermomix, y programaremos velocidad progresiva 5-7-10 durante 20 segundos, comprobando que quede bien integrado.
Barniza los crepes con esta salsa y dóblalos en cuatro. En caso de que quieras flambearlos, añade una nuez de mantequilla y un poco de azúcar en la sartén, hasta que prácticamente se vea caramelizada, añadiendo a continuación un chorro generoso de Cointreau, al que daremos fuego con un mechero. ¡Listo! La clásica e inconfundible receta francesa sin salir de tu casa.
Asimismo, si nos parece demasiado engorroso, podemos optar por acompañamientos más sencillos. La nata montada (crema de leche), el sirope de chocolate, un coulis de fruta, o incluso esta misma en su versión fresca, además del típico y socorrido azúcar glas o cacao ligeramente espolvoreado por encima, sin olvidar la rica y natural miel o el archifamoso sirope de arce. Como verás, ofrecen miles de posibilidades.
¡Qué aproveche!
Puedes ver la receta así como otras muchas recetas hechas con Thermomix, así como consejos para sacarle el maximo partido, en la web de Cocina Thermomix.