No se si conocéis al Capitán Rábano, si no es así, con mucho gusto os lo presento... él es César y es el editor de todo lo que se cuece en el rincón culinario "Con un par de guindillas"
Además del despliegue de arte y salero con el que tiene a bien sorprendernos de forma frecuente, nuestro capitán tiene la extraña obsesión de croquetizar toda aquella receta que roba a blog amigo... os podéis imaginar cuando le tocó el turno a una servidora, jajaja, ardua tarea le tenía preparada el destino.
¿Cómo croquetizar una tarta? Y sí, croquetizar es exactamente lo que estáis pensando... ni más ni menos que ¡convertir en croqueta!
Tanto empeño puso en su tarea que, no sólo quiso croquetizar una de mis recetas, sino que amplió su visión para conseguir la croquetización definitiva de un concepto, el de fusionar la esencia de nuestros blogs, siendo el resultado casi literal... croquetas churretosas de cocholate con un par de guindillas ¡No me digáis que no es para morirse!
Así que ni corta ni perezosa, aquí estoy días después dando la réplica a tan bonita iniciativa y aportando mi granito de arena a esta hermanación blogueril con mi propia versión de croqueta fusión chocoguindilla... que lo que ha unido una croqueta, ¡unido queda!
CROQUETAS DE COCHOLATE Y GUINDILLAS
(Para 40 croquetas, aunque depende del tamaño, yo las he hecho medianas)
400 ml nata (crema de leche) 35% MG
Un par de guindillas
300 gr de cocholate 70% troceado
70 de azúcar
200 gr de avellanas picadas
Además
Harina (cantidad necesaria para rebozar las croquetas)
1 huevo XL
20 galletas maría hojaldradas trituradas
Aceite de oliva suave para freír
Acompañamiento
Galletas trituradas
Helado de vainilla
Para las croquetas
Poner la nata (crema de leche) en un cazo al fuego con las guindillas troceadas.
Cuando lleve hirviendo unos minutos, retirar del fuego y dejar infusionar 15-20 minutos.
Mientras tanto, picar el cocholate y ponerlo en un cuenco.
Transcurridos los 20 minutos, colar la nata (crema de leche) para quitar las guindillas y volver a calentar hasta que rompa a hervir, momento en el cual volcamos sobre el cocholate.
Dejar reposar 1 minuto y mover hasta conseguir que el cocholate y la nata (crema de leche) estén totalmente integrados. Añadir las avellanas trituradas y mover.
Verter la mezcla sobre un recipiente de base amplia y plana, de forma que quede la masa extendida y se enfríe con mayor rapidez.
Dejar reposar unas horas en el frigorífico y 20 minutos antes de hacer las croquetas, introducir en el congelador.
Preparar 3 cuencos, uno con harina, otro con un huevo batido y otro con las galletas trituradas.
Sacar la masa de las croquetas del congelador y hacer las croquetas, pasarlas por harina, después por el huevo y, por último, por las galletas trituradas.
Ahora tenemos 2 opciones, freír nuestras croquetas en aceite bien caliente durante sólo unos segundos (cuidado que se queman muy rápido) o ponerlas sobre una bandeja e introducirlas en el congelador y cuando estén congeladas introducir en una bolsa y volver a guardar hasta el momento de su uso.
Yo he optado por freír unas cuantas para catarlas y congelar otras para otro momento y sorprender así en alguna cena a mis comensales... bueno hay quién tiene como fondo de despensa un concentrado de caldo de pescado para hacer una paella o unas hamburguesas caseras y esas cosas... yo soy más de fondo de congelador para el postre y siempre tengo algún bizcocho, unos croisant a falta de ser horneados, unas trufas y, ahora, también estas croquetas.
A la hora de servir las croquetas, he puesto en un cuenco pequeño un poco de galleta triturada y un poco de helado, que aporta frescor y dulzura a una croqueta de intenso y potente sabor a cocholate.
Ha sido un placer contribuir a la hermanación blogueril churretoguindillosa y, de paso, degustar un bocado tan sorprendente y delicioso como esta dulce croqueta... ¡Viva la croquetización!
Nos vemos pronto Churretos@s.
Besos.
Raquel