Los donuts, esa rosquilla glaseada, en su versión más original, que hace que termines chupando los dedos para no desperdiciar ni la última pizca de sabor de tu porción. Nos han acompañado durante la infancia y en la adolescencia y de hace años para acá, en muchas y nuevas versiones, con diferentes glaseados, con llamativos colores, sabores y hasta rellenos. No me queda de otra. Me declaro amante de cualquier variación de donuts.
Su nombre puede variar desde el original doughnuts, en inglés, a donuts, donas, berlinas, roscos. Sin embargo su apareciencia parte de una masa común, el arreglo que quieras ponerle depende de tu gusto.
Llevo ya varios años intentando dar con la receta que más se parezca al original y he de decir que ese ingrediente secreto se resiste, por muchas nuevas recetas de libros y blogs intente. No obstante, la esponjosidad y la consistencia están logradas totalmente y el sabor es increíblemente irresistible. La propuesta de hoy está adaptada de libro Doughnuts de Lara Ferroni.
Lo que sí he aprendido a base de pruebas, no sé por qué, es que la masa de donuts usando amasadoras no me dan esa esponjosidad que yo busco. Así que está receta se hace sin aparatos electrónicos, se hace a mano, y se mima la masa desde el minuto uno. Supongo que ese es el secreto mayor para que los donuts te den a cambio un bocado de placer al morderlos.
¿Vamos allá?
Donuts (15 unidades aproximadamente)
Ingredientes
Pre-fermento o poolish
16 g. de levadura fresca (la que viene en taco)
100 g. de harina
180 ml. de leche templada aromatizada con cáscara de naranja
Para empezar, aromatiza la leche hirviéndola junto con la parte naranja de la cáscara de naranja. Retira del fuego, deja reposar y cuela antes de usarla. Para ello, tendrás que poner sobre unos 210 ml. de leche, puesto que al hervir se evaporará parte del líquido y la cantidad se verá reducida. Recuerda que necesitas, después de aromatizarla, 180 ml.
Mezcla la leche aromatizada, la harina y la levadura desmenuzada en un bol grande. Basta con un tenedor para integrar bien los ingredientes y obtener una pasta ligera. Ponle un trapo húmedo encima y deja levar durante al menos una hora. Verás que se llena de burbujas.
Masa
6 g. de levadura fresca
70 ml de leche
3 yemas de huevo
60 g. de mantequilla a temperatura ambiente (rallada cuando la saques del frigorífico)
Una cuchara de extracto de vainilla
Una pizca de sal
40 g. de azúcar
300 g. de harina (añadida en porciones de 50 g.)
Aceite de girasol para freir
En un vaso mezcla la leche con la levadura hasta que esté disuelta. Añade ésta al bol donde está el pre-fermento e incorpora. Añade las yemas, la mantequilla rallada (así será más fácil integrarla manualmente), la sal, la vainilla y el azúcar y remueve con un tenedor hasta que la masa sea homogénea.
Empieza añadiendo la harina de 50 g en 50 g. hasta que estén totalmente integrada. Verás como va pasando de líquida a más compacta, según se vaya incorporando. Si la ves suficientemente seca antes de terminarte toda la cantidad de harina indicada, no hace falta que la uses toda. Es muy importante es que no uses harina de más, porque entonces, y te hablo desde la experiencia, conseguirás un donut más duro que una piedra.
Una vez hayas conseguido una masa más o menos compacta, enharina una superficie amplia y amasa con todo tu cariño durante unos 5 minutos. Ya tenemos la masa lista. Déjala reposar a temperatura ambiente durante media hora. Después ponla en un bol y tapa con papel film y métela al frigorífico, mínimo una hora.
En la misma superficie enharinada, dispon la masa de donuts fría y extiende con un rodillo hasta conseguir un grosor de 1 cm. Si tienes de esos rodillos maravillosos (yo adoro el mío) que te dejan elegir las diferentes alturas al estirar la masa, te ayudará, sin lugar a dudas, a conseguir una forma más igualada y evitar que sean desiguales.
Para darles forma, tengo que recomendarte uno de los últimos cacharros que han entrado a mi cocina y se ha vuelto en imprescindible: un cortador de donuts. Lo compré en la tienda Tescomaonline por poco más de 7 euros y es manejable, pequeño y perfecto. Además trae unas pinzas, que a mi me van perfectas para que, una vez fritos, pasar a darles un baño por la glasa sin mancharme las manos. Si no, dispones de cortador, puedes hacerlo con dos cortadores circulares de distinto tamaño, vamos ¡como se ha hecho toda la vida!
Una vez cortados, déjalos reposar sobre un papel encerado, con una distancia de un dedo entre ellos para permitir que hagan un levado correcto. Yo los suelo meter al horno (¡sin encender!) y los cierro durante al menos una hora.
En esta foto puedes ver cómo han levado y subido hasta un tamaño mucho mayor. No creas que es su tamaño final, crecerán aún más al freírlos.
Ha llegado la hora de freírlos. Corta las porciones de donuts sobre papel encerado. De esta manera al manejarlos para pasarlos al aceite no se deformarán. Si quieres que te queden intactos, puedes meterlos al aceite caliente con el papel, tranquilo/a, no se quemará. Flotará al empezar la fritura y podrás retirarlo con una pinza.
Es importante que se frían en aceite de girasol y siempre cuidando la temperatura. Yo uso un termómetro para medirla, partiendo siempre de los 175º hasta los 180º. Lo mejor es que el donut flote en el aceite. Aunque no lo creas, no absorbe mucha aceite, y con la cantidad inicial freiras todas las unidades.
Ahora sí, ¡CUIDADO! del color doradito precioso al tostado hay segundos de diferencia. No te fies, porque es cuestión de nada que queden feos.
Yo los frío de uno en uno, así me aseguro de que lo cuidado al máximo para que queden perfectos. Fríelos con cuidado, dándoles vueltas con dos cucharas. Sácalo y déjalo secar en un papel de cocina.
Una vez fríos, podrás glasearlos para endulzarlos un poco más, ya que como habrás notado, la receta en sí lleva muy poca azúcar. Con el glaseado, el donut permanece fresco mucho más tiempo. Si no te los vas a comer todos, puedes congelarlos envolviendo de uno en uno en papel aluminio y glasearlos una vez descongelados. Quedan idénticos.
Para los glaseados, solamente tienes que mezclar los ingredientes secos (tamizados previamente) con los húmedos hasta conseguir una mezcla fina que no se pase de líquida. Es mejor empezar con menos leche y aumentar de cuchara a cuchara hasta conseguir la consistencia adecuada.
Glaseado tradicional (4 donuts)
100 g de azúcar glass
3 cucharas de leche
Una cucharita de extracto de vainilla
Glaseado de chocolate (4-6 donuts)
100 g. de azúcar glass
15 g. de chocolate puro en polvo
3 cucharas de leche
Glaseado sabor a chicle (4 donuts)
100 g. de azúcar
3 cucharas de leche
1 cucharita de extracto de chicle en pasta
La decoración es tan variada como los gustos. Así que aquí entra en juego tu manera de sorprender… cualquier opción es buena. ¡Qué los disfrutes!
Aquí puedes observar la esponjosidad que se ve en la masa. Un donut que se caracteriza por una masa alta y un ligero dorado exterior.
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