Después de algunos meses de desconexión, he decidido retomar la actividad bloguera y seguir compartiendo mis recetas con vosotros. Os he echado de menos, pero sé que entenderéis que a veces es necesaria una pausa para reconectar con lo que queremos y nos hace felices.
Esta nueva etapa la empiezo con ilusión y muchas ganas de mantener abierta esta pequeña puerta online que tantas satisfacciones me proporciona. Vengo cargada de recetas sencillas, del día a día, con mucho sabor y corazón. Y para empezar os dejo este dulce de manzana, parecido al membrillo pero hecho con otra fruta. En casa duró muy poquito. Acompañado por un buen queso tierno (o el queso que te guste) está de vicio. Gracias por leerme y regresar a mi cocina virtual ¡Feliz otoño!
INGREDIENTES:
1,5 kg de pulpa de manazana (la manzana sin semillas ni piel)
1 kg de azúcar blanca
1 limón
ELABORACIÓN:
1. En una bandeja ponemos la manzana troceada y la cubrimos con todo el azúcar y el zumo del limón. Dejamos reposar unas ocho horas o bien toda la noche. Observaremos que se forma una especie de almíbar con el azúcar, el limón y el jugo que sueltan las manzanas.
2. Seguidamente colocamos la fruta con su almíbar en una cacerola y la ponemos a fuego medio. Cocemos durante una hora aproximadamente, dando vueltas para que nada se pegue. Veremos que la fruta está más blanda y que el líquido merma considerablemente.
3. Retiramos momentáneamente de la cocina y trituramos bien con la batidora, procurando que no queden grumos.
4. A continuación, llevamos de nuevo la mezcla recién triturada al fuego. Espesamos un poco más con cuidado de que no se pegue y vertemos en un túper u otro recipiente escogido para guardar el dulce. Podemos conservarlo tanto tiempo como el membrillo, así que lo mejor es que el recipiente tenga tapa. Una vez frío ya se puede consumir.
¡Buen provecho!
Nos vemos en la siguiente publicación. Mientras podéis encontrarme en mi página de Facebook , en Google +, Pinterest e Instagram.