Eso de vivir en una ciudad nueva tiene sus ventajas. Una de ellas es que siempre vas a descubrir nuevos lugares para comer. Esto es lo que me suele pasar bastante en Burgos, ya que ahora resido en esta ciudad castellana. No obstante, existe uno que me gusta mucho y al que suelo acudir cada cierto tiempo. Se trata de El Vergel, ubicado en la Avenida de la Constitución, número 23.
La primera vez que conocí este restaurante fue gracias a una cena-maridaje que organizaron en su comedor en colaboración con Bodegas Valtoñar. Debo admitir que no solo me gustó el vino, sino que la cocina me encantó. A partir de ese momento, El Vergel se convirtió en uno de mis restaurantes burgaleses preferidos. Además, es el típico bar al que sueles llevar a la gente que te viene a visitar por primera vez a Burgos.
Por ejemplo, cuando viene mi novio suelo llevarle mucho allí, ya que nos encanta a los dos. Hemos probado muchos otros sitios de Burgos, porque nos gusta innovar y buscar nuevos sabores. Sin embargo, la innovación no siempre nos ha salido muy bien, pero eso mejor lo dejamos para otro post.
Si a esto le añado que suele ser unos de los bares al que suelo acudir con más frecuencias con mis amigas, pues es normal que escriba una publicación sobre El Vergel. Es más, ya estaba tardando. Digamos que cuando salimos y decidimos cenar, existen prácticamente tres sitios que solemos repetir habitualmente y uno de ellos es este rincón, cuyo nombre viene a significar huerto de frutas o árboles frutales.
El lugar ostenta dos plantas con su terraza fuera para los días de sol. Una terraza ubicada en una plaza, lo cual permite total tranquilidad. En la planta baja hay como cuatro mesas únicamente y tiene una carta más de picoteo. La segunda planta es más tipo comedor y creo que en él solo puedes pedir menú.
Una de las tapas más comunes aquí en el norte de España son las bravas. Sin embargo, El Vergel no destaca por ellas, sino más bien por otros tres platos de su carta. El primero, la tosta de jamón serrano con alioli. Es como media barra de pan, sin exagerar, así que os recomiendo pedirla para compartir. A mí me encanta, pero porque soy una apasionada del alioli.
Otra plato estrella son sus rollitos, más concretamente el llamado wrap blanco, compuesto de pollo crujiente, tomate, lechuga y alioli (imagen superior). Este pollo se caracteriza porque está rebozado de una forma que lo hace estar jugoso por dentro y muy crujiente por fuera, como cuando haces el pollo empanado con cereales o quicos.
Y por último, su famosa pizza de pollo crujiente. Regresamos con el pollo y es que es una de sus especialidades. Sinceramente, hay pocos sitios en los que sean capaces de cocinar esta carne así. Esta pizza se hace sobre un pan de torta, típica de Burgos, que es circular y elaborado con aceite. Sobre esta base se echa los ingredientes y por último, los trozos grandes de pollo crujiente.
En definitiva, un sitio al que acudir si visitáis la ciudad del Cid. Además, así salís un poco de la tónica general del típico lechazo, cordero, morcilla, etc. Es un ejemplo de que en Burgos existen una amplia gastronomía que merece ser descubierta.
Comida
Servicio
Presentación
Emplazamiento
Promedio
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