El post de hoy nos hace viajar hasta Carcedo, un pequeño pueblo situado a unos trece kilómetros de Burgos capital y donde se ubica el Mesón de Carcedo, especialista en carnes a la brasa con cierto encanto rural.
Si algo he aprendido de Burgos en todos estos años, es que no le faltan ni mesones, ni asadores. Algo obvio, ya que su gastronomía gira en torno al cordero y al bovino. Sinceramente, yo no tengo ningún problema con ello y por eso, es mi deber probar cuantos más sitios mejor.
Realmente conocí este lugar gracias a Virginia y Tania, unas burgalesas de toda la vida, que saben cuales son esos sitios buenos para comer. Tal como salimos de trabajar fuimos hasta Carcedo a cenar. Y sí, nos comimos todo esto por la noche y no nos quejamos después.
Fijaros si me gustó tanto, que luego llevé a mi familia allí, como cuando fuimos a la Sidrería Asador Fuentelamora en La Revilla. Que queréis que os diga, mi alma es el de una “gordis” y bien orgullosa que me siento de ello.
Pues bien, la primera vez que acudí al Mesón de Carcedo estaba llenísimo. Tuvimos mucha suerte, porque se quedó una mesa vacía. Sin embargo, cuando fui con la familia, fue un domingo y tuve que llamar para reservar.
Así que si un día decidís ir, llamad para coger mesa, porque al encontrarse tan cerca de la capital, al final siempre está lleno. Si no es por la gente del pueblo, os aseguro que estará completo porque todo Burgos se encuentra allí para comer.
En el Mesón de Carcedo podéis comer tanto en mesa, como en barra. A mí hay un rincón, que me gusta especialmente, porque está al lado de la chimenea y me da más sensación de pueblo. Como soy de ciudad, me fascinan ese tipo de detalles tan insignificantes como estar al lado de una chimenea.
En su carta, podéis encontrar muchísimos platos, pero yo os recomiendo empezar con el morro al chimichurri o la morcilla de Burgos. También podéis pedir croquetas, tigres y rabas. Es algo que pedimos, porque las burgalesas lo querían, pero no es algo que yo escogería en un mesón dedicado a la carne.
Luego, los platos fuerte. Aquí viene lo importante. En mis dos visitas probé: el solomillo, el chuletón y el entrecot de ternera. Es decir, las tres especialidades del Mesón de Carcedo las he catado. Eso sin contar las chuletillas de cordero, que me gustaron mucho también.
Además, siempre suelen acompañar estos platos con pimientos del padrón y con patatas fritas caseras. Los dos días que fui, comí mucho, lo admito, pero es que había que probarlo todo. ¡Fui tan feliz…! ¡JAJAJAJA!
Aunque no haya imágenes, también comimos postres, pero estaba tan llena ya, que no tenía ni fuerzas para hacer las fotos. Me perdonáis, ¿verdad? Os prometo que no volverá a pasar, pero os aseguro que no faltó postre.
Bueno, no doy más rodeos y aquí os dejo mi valoración final. Espero que os haya gustado este nuevo sitio que os enseño. La moraleja de este nuevo post, es que si me queréis hacer feliz, invitadme a comer, ¡jajajaja!
Comida
Servicio
Presentación
Emplazamiento
Promedio