Son muy sencillas de preparar y en pocos minutos, tendréis una receta muy sabrosa.
Ingredientes (16 empanadillas)
100 gr de soja texturizada (grano fino)
1 paquete de obleas para empanadillas
1/2 cebolla
1 pimiento verde
3 cucharadas de tomate triturado al natural
Pimienta
Albahaca
Orégano
Sal
Agua caliente
Aceite de oliva
Preparación
Empezaremos, pelando y rallando la cebolla y la reservaremos.
Lavaremos y trocearemos en trocitos pequeños el pimiento, desechando el tallo y las semillas y lo reservaremos.
En este caso, no hidrataremos la soja por separado, la hidrataremos en el momento en el que cocinemos la receta, así será mucho más rápido y conseguiremos unos resultados excelentes.
Pondremos una sartén al fuego con un poco de aceite, añadiremos la soja texturizada, la sal, la pimienta, la albahaca, y el orégano, removeremos y dejaremos que se vaya dorando un poco.
Incorporaremos agua caliente, la suficiente para que quede cubierto y se pueda hidratar la soja correctamente, removeremos un poco.
Cuando veamos que se ha hidratado (más o menos 5 minutos dependiendo siempre del tamaño de la soja) retiraremos y colaremos para retirar con cuidado el exceso de agua.
Pondremos una sartén al fuego con un chorrito de aceite, añadiremos el pimiento y dejaremos que se vaya pochando.
Incorporemos la cebolla, removemos y dejaremos que se vaya dorando.
Añadiremos la soja hidratada, removeremos y dejaremos que se dore un poco.
Incorporaremos el tomate, la sal, la pimienta, la albahaca y el orégano. Removeremos y dejaremos, durante un par de minutos más al fuego. Pasados estos minutos, retiraremos y dejaremos enfriar.
Cuando esté frio, rellenaremos la mitad de las obleas, las cerraremos con la otra mitad, y con la ayuda de un tenedor las sellaremos.
Pondremos una sartén al fuego, con abundante aceite, cuando esté bien caliente, iremos añadiendo las empanadillas, las dejaremos dorar por ambos lados.
Cuando estén doradas, las retiraremos y las reservaremos en papel absorbente, hasta que las tengamos todas hechas.
Las serviremos calientes o fías, de las dos maneras, están riquísimas.