El "Empire chicken" es una combinación de pollo asado con una salsa de curry. Es de esos platos que entremezclan la cultura india con la británica y que se nos antoja un bocado descomunal. Pensad en todas las especias que lleva, en el marinado, en la salsa resultante y en esas patatas asadas aromatizadas. La unión de todos esos sabores con tanta personalidad sólo puede llevarnos al éxito.
Es cierto que la receta tiene como un millón de ingredientes. Por suerte hoy en día es cada vez más fácil hacerse con materias primas exóticas sin tener que rebuscar demasiado. Yo siempre os recomendaré la tienda Sabores del Mundo, donde podréis encontrar infinidad de ingredientes curiosos con los que dotar a vuestros platos de sabores únicos, especiales, diferentes, viajeros...
Que su aspecto de super-producción no os asuste en absoluto, o el tiempo de preparación. Este plato merece cada esfuerzo y minuto que vayáis a invertir en él. Creedme. Y si ya encima viene comparado con el "Slumdog millionaire" de Danny Boyle para despertar tu lado más cinéfilo, la obra es redonda a más no poder. Nos vamos a Bombay sin salir de la cocina para preparar este increíble plato plagado de especias y aromas maravillosos. Así que...¡mandiles arriba!
Ingredientes (6 personas)
Para el pollo y la marinada
1 pollo entero (Nutrave)
Pasta de ajo y jengibre (2 cucharadas)
1 cda de tomate concentrado
2 cdas de yogur natural
1 cdita de Garam Masala
1 cdita de comino molido
1 cdita de Cúrcuma
1 cdita de Cilantro molido (Coriandro)
1 limón (Zumo y ralladura)
Sal y pimienta negra Para la salsa (Gravy)
2 puerros
1 apio
5 clavos de olor
1 rama de canela
3 cdas de Vinagre de Vino blanco
500 ml de caldo de pollo
3 cdas de Salsa Inglesa
3 cdas de harina
2 estrellas de anís Para las patatas especiadas al horno
800 grs de patatas (yo usé también batatas)
2-3 dientes de ajo enteros y pelados
Sal y Pimienta negra molida
1 cdita de mostaza en grano
1 cdita de comino en grano
1 cdita de hinojo en grano
1 cdita de ajo molido
Cilantro fresco picado
2-3 cdas de aceite de oliva Virgen Extra
Tiempo: La vida y un poco más... Pero lo merece.Película comparada: "Slumdog Millionaire" de Danny Boyle (Tras receta)
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La marinada
Mezclamos en un bol grande todos los ingredientes de la marinada: las especias secas, el tomate concentrado, el yogur, el zumo de limón y su ralladura, la sal y la pimienta negra molida.
Practicamos unos cortes en los muslos del pollo (que son los que tardan más en hacerse) y nos calzamos un buen par de guantes. Vamos a frotar y a impregnar el pollo con la marinada, asegurándonos que todas las partes queden bien cubiertas, por fuera y por dentro... ¡Sin miedo! ¡Demos un masaje en condiciones! NOTA: Mejor si usas guantes para esta tarea...
Lo ideal sería que el pollo reposase con la marinada de un día para otro. Pero si no es posible por tiempo o por descuido, lo dejaremos mínimo 2 horas.
Pasado el tiempo...
Ponemos a precalentar el horno a 180º, calor arriba y abajo.
Cocemos un limón entero durante 10 minutos. Lo retiramos y lo pinchamos ligeramente, para que todo su jugo salga durante el horneado. Introducimos el limón en el pollo.
Mientras tanto...
La salsa (Gravy)
En un bandeja de horno añadimos todos los ingredientes de la salsa. Removemos ligeramente para que la harina se disuelva con los líquidos y las especias empiecen a impregnar su fragancia.
Horneado
Ahora viene la parte en la que os olvidáis del tema. Por un lado colocamos en la parte baja del horno la bandeja con la salsa ya mezclada.
Colocamos el pollo con la marinada y el limón sobre una rejilla (o rack), justo encima de la bandeja de la salsa. De ese modo, todos los jugos que vaya soltando irán cayendo y catapultando la salsa a otra dimensión. Ya lo veréis...
Horneamos a 180º durante 1 hora y 20 minutos (más o menos). NOTA: AL final os toparéis con un pollo con una corteza crujiente y seco (estilo Tandoori). Si algunas partes se os han quemado, las raspáis con el filo de un cuchillo y listo, lo importante es que quede jugoso por dentro.
Las patatas especiadas
Pelamos y cocemos las patatas durante 15 minutos. Las colamos y dejamos que se sequen. NOTA: Recordad que el agua debe tener un hervor suave, no a borbotones. Y partimos siempre con las patatas en el agua fría.
En una sartén apta para horno tostamos con un poco de aceite de Oliva el cardamomo, el comino en grano, la mostaza en grano y el hinojo en grano durante 1 minuto, hasta que empiecen a "explotar" en la sartén y desprendan todos sus maravillosos aromas orientales.
Añadimos los dientes de ajo, las patatas y las batatas troceadas groseramente a la sartén. Salteamos un par de minutos y retiramos. Cuando el pollo lleve 40 minutos en el horno, introducimos la sartén y dejamos que se terminen de cocinar con todo el conjunto.
El final
Sacamos las patatas y las disponemos en un bol con un chorrito de aceite Virgen Extra en crudo.
Colamos la salsa y la ponemos en otro bol. Podéis añadir un poquito de yogur al final...
Colocamos el pollo entero en una tabla de madera o bandeja y llevamos todo a la mesa. La gracia está en ir sacando las tajadas delante de los comensales y que se vayan sirviendo salsa y guarnición a su antojo. Cada bocado os llevará a otro mundo, ya os aviso. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!
Película ideal para degustar este plato
SLUMDOG MILLIONAIRE
("Slumdog Millionaire" de Danny Boyle - 2008)
Colorismo. Positivismo. Energía. Estética de fantasía. Estos son algunos de los rasgos que me suscitan esta receta. Visualmente encuentro un abanico enorme de colores. Gastronómicamente todos los aromas que inundan la cocina (y la casa, ya puestos) nos catapultan de manera inexorable a La India, donde las fragancias de las especias inundan el aire.
Era casi de recibo que me dejase arrastrar por este Ganges cine-culinario y posase mi mirada enloquecida en una de las cintas más populares, celebradas y vibrantes de la década del 2000. Hablo de "Slumdog Millionaire" de Danny Boyle.
Unos pocos antecedentes...
El británico Danny Boyle sorprendió al mundo allá por 1994 con un sorprendente debut titulado "A tumba abierta", para dos años después, maravillar y sacudir el panorama cinematográfico con la enorme, polémica, brutal, incomparable y punzante "Trainspotting".
A partir de ahí surge una carrera desigual con obras de alto calado visual, pero irregulares ("La playa", "Una historia diferente", "Millones", "28 días después"...) para volver a emerger con "Slumdog Millionaire" y llevarse el gato al agua. Docenas de premios internacionales (entre los cuales se encuentran el BAFTA, el Globo de Oro y el Óscar de ese año), beneplácito de la crítica y taquillas a rebosar en todo el planeta, dan buena cuenta de la importancia y popularidad que tuvo este film de espíritu "bollywoodiano" pero de claro corte occidental.
El argumento de la película gira en torno a Jamal, un chaval huérfano que, contra todo pronóstico, se presenta al concurso "¿Quién quiere ser millonario?" y va sacando las respuestas una a una para sorpresa de la audiencia, y del propio programa, que teme que esté haciendo trampas. Pero todas las respuestas acertadas tienen una explicación que se nos muestra a modo de flash-backs donde vemos la infancia y adolescencia de Jamal y se nos va narrando sus aventuras vitales y sentimentales (el eterno amor por Latika) para así comprender la realidad de sus conocimientos.
Nuestra receta se apoya visual y aromáticamente en la película de Boyle. Primero por sus claros dejes hindúes en todo el proceso. Y segundo por su incontestable potencia pictórica. La fotografía del film es todo un hallazgo de poderío para captar la esencia cromática de la India, desde los tonos ocres arenosos hasta el bullicio colorista de los saris y las fiestas. Esa alegría de vivir que emana por todos y cada uno de sus fotogramas. Una obra que abarca un enorme espacio de tiempo como nuestra receta, que se erige como una super-producción en la cocina, plagada de ingredientes.
Pero seamos más certeros, me resulta de un paralelismo claro que tanto la película como el plato reposan el protagonismo total en un personaje: Jamal-el pollo. Todo gira en torno a él, todas las historias colindantes dependen de lo que le sucede. La historia de amor, de amistad, la del vanidoso presentador... se nos antojan esas líneas culinarias de la salsa o de las patatas. Personajes secundarios de la trama que se mueven en torno a la estrella y engrandecen sus actos.
Boyle además nos cuenta la historia de una forma narrativa troceada. Es decir, se mueve del presente al pasado continuamente para que seamos testigos de los diferentes momentos de su vida. Nosotros, del mismo modo, trabajamos la receta hacia delante y hacia atrás: dejamos marinar el pollo, preparamos la salsa, sacamos el pollo, cocinamos las patatas, horneamos el pollo... Vamos y volvemos dotando a la estructura gastronómica de flash-backs.
Y ese pollo huérfano, crudo, inmaculado, que tiene que aprender a sobrevivir en un entorno hostil, va poco a poco generándose una corteza vital (otorgada por la propia experiencia y por un marinado plagado de distintos sabores y texturas) que le hará salir hacia delante, sobreponerse a la adversidad, a la crueldad humana y salir airoso ante una última pregunta que le puede convertir en millonario. Todo el proceso del horneado es ese camino vitalista de Jamal, desde su infancia, hasta obtener una imagen tierna (como el pollo por dentro) pero con un exterior endurecido por los obstáculos de la vida. Al final, su perseverancia, su bondad y sus ganas de vivir son el verdadero premio.
"Slumdog millionaire" puede ser catalogada de ñoña, maniquea o de ofrecer un final danzarín y dulcificado en el crudo relato. Sinceramente, no lo veo así. Creo que la obra es un canto optimista a la vida y el entretenimiento de la historia y la fuerza visual la hacen un plato a gusto de cualquier paladar. Se ha intentado copar las expectativas de una muy buena película con una receta a la altura, que intentase trasladarnos a los abigarrados barrios de Bombay y pudiésemos respirar las fragancias que se procuran en la película.
Pregunta: ¿Harás esta receta? A) Sí. B) No. C) Puede ser. D) Muy complicada. Creo que todos sabemos cual es la respuesta que te hará un millonario gastronómico.