El calabacín resulta delicioso en todos los platos en los que está presente. es una hortaliza que está compuesta de más del 90% de agua, es un alimento de consumo aconsejable para personas con el estómago delicado (con problemas digestivos). Es una buena fuente de potasio. Aunque esta hortaliza puede consumirse cruda, lo mas habitual es consumirla tras pasar por algún tipo de cocción.
Aunque ahora está disponible todo el año, los mejores son los recolectados de julio a septiembre. Es un excelente acompañamiento para carnes y pescados.
Ingredientes:
4 calabacines medianos
50 gr de avellanas peladas
4 cucharadas de aceite de oliva
una cucharadita de vinagre balsámico
30 gr de hojas de albahaca
unos brotes de orégano
100 gr de queso curado en lascas
sal
pimienta negra molida
Preparación:
Ponemos las avellanas en una bandeja de horno y las tostamos entre 10 a 15 minutos con el horno precalentado a 180 grados. Las dejamos enfriar y las machacamos procurando que queden trozos grandes.
Quitamos los extremos de los calabacines y los cortamos en rodajas de un centímetro de grosor. Los ponemos en un bol y los rociamos con la mitad del aceite de oliva y una pizca de sal y pimienta. Los dejamos macerar durante al menos 15 minutos.
Calentamos una parrilla a fuego fuerte hasta que esté muy caliente. Ponemos las rodajas sobre la parrilla y asamos por los dos lados. A continuación las colocamos en un bol, echamos el vinagre balsámico por encima, removemos y reservamos. Cuando se hayan enfriado los calabacines, le añadimos el resto del aceite, la albahaca, los brotes de orégano y las avellanas, mezclamos suavemente.
Servimos la ensalada en un plato condimentada con las lascas de queso curado y una rayita de aceite.