En Semana Santa hay mucha gente a la que le gusta cumplir con las tradiciones.
Una de ellas es la de no comer carne. Y por este motivo hay tantas recetas de pescado en cuaresma. Casi todas con bacalao. Uno de los platos mas tradicionales es el potaje de garbanzos con espinacas y bacalao. Yo tengo uno en el blog pero con acelgas. Pero se me había ocurrido darle una vuelta a los tradicionales potajes de vigilia y de paso aligerarlos de calorías. Porque, no nos vamos a engañar, son muy ricos y saludables, pero ligeros no.
Con esta versión en plan ensalada, cumplimos con la tradición y de paso nos cuidamos.
La receta es bien simple, porque además he usado garbanzos en conserva, por lo que lo que mas se tarda es cocer los huevos. Una vez cocidos, el plato está listo en cinco minutos.
INGREDIENTES: (POR PERSONA)
75 gr de garbanzos cocidos
50 gr de espinacas frescas
1 huevo cocido
25 gr de bacalao ahumado
sal, pimienta al gusto
3 cucharadas de aceite de oliva
Zumo de medio limón.
PREPARACIÓN:
Vamos a lavar los garbanzos y los escurrimos bien.
Cocemos el huevo en agua hirviendo durante diez minutos.
Preparamos el aliño mezclando el aceite con el zumo de limón y la sal y la pimienta.
Ahora montamos el plato, poniendo las espinacas y los garbanzos, encima unas lascas de bacalao ahumado y rodajas de huevo cocido. Vertemos el aliño por encima.
Los ingredientes. Esto es una receta super rápida. Hay poco que hacer y mucho que disfrutar.
Una versión del clásico plato de cuaresma mucho más ligero y saludable.
Con este post participo en el reto mensual de facilisimo