En Huelva, es muy típico el hígado de cerdo aliñado con cebolletas y cilantro. A mi parecer es una verdadera delicia, ya que soy muy de casquería y lo que hagan en Huelva con cualquier producto de su tierra, yo lo doy por bueno incluso antes de probarlo. Pues esta ensalada es un pasito más allá del aliño tradicional, aderezándola, con rabanitos, Cherrys, cebolleta, etc. La verdad e que es rica y fácil de hacer
Para cuatro comensales:
Unos filetes de hígado de ibérico gorditos
Sal y pimienta para los filetes
1/2 copa de manzanilla de Sanlúcar o cualquier vino blanco
Un puñado de tomates Cherrys cortados por la mitad
Cilantro cortado en modo grosero
Unos rabanitos en láminas
Una cebolleta fresca en juliana
Vinagre, aceite de oliva virgen extra y sal para la vinagreta, al gusto
Un tarro de garbanzos en conserva que habremos lavado adecuadamente y escurrido
Pues bien, vamos a la receta. En una sartén caliente y con una cucharada de aceite de oliva virgen extra, vamos a marcar los filetes, que previamente habremos salpimentados. Solo marcarlos, no hacerlos del todo. Retiramos y los dejamos reposar un par de minutos.
Mientras en un bol, colocamos el resto de los ingredientes sólidos de la receta, cortaditos y lavaditos. Una vez reposada la carne, lo cual facilitará que pierda menos jugos al cortarla, la filetearemos en tiras finas. Veremos que está cruda por dentro. Es lo que queremos, porque ahora en la sartén anterior los saltearemos, para sellarlos por fuera y que queden jugosos por dentro, no crudos, jugosos y no secos. Lo iremos moviendo con cuchara de palo o con destreza de muñeca. Con medio minuto bastará.
Dejaremos reposar un par de minutos, mientras que con el vino iremos desglasando la sartén con el fuego suave y verteremos estos jugos sobre las láminas de hígado. Lo que queda es coser y cantar, unimos todo y aliñamos al gusto con una vinagreta tradicional. Listo
Y nuevamente la magia entró en mi cocina. Así que Besos a todas, besos a todos, besos a……, en fin, besos, siempre muchos besos. Y sed felices, si o si, no queda otra