La remolacha está ahora de temporada. No es un ingrediente que haya sido muy popular en la cocina casera, menos aun en la de mi madre, pero cada vez está más presente en platos como arroces y patés en muchos restaurantes. Aprovechando que mi suegra me ha regalado unas remolachas de su huerta, nos hemos decidido a preparar esta ensalada con queso feta que tiene un contraste de sabor muy bueno. Además, el resultado es un plato bastante contudente, ideal para coger fuerzas en esta cuesta de septiembre.
¿Qué necesito?
2 remolachas frescas
200 gr de queso feta
perejil fresco
aceite de oliva virden
limón
sal
¿Cómo lo hago?
Lo primero que tenemos que preparar es la remolacha. Para esta ensalada, nosotros hemos optado por asarlas en el horno. Cortamos los tallos de las rmeolachas, las lavamos muy bien eliminando toda la tierra de la piel, las secamos y las envolvemos en papel de aluminio. Disponemos las remolachas en una bandeja de horno y las asamos durante una hora y media aproximadamente (comprobar siempre la cocción pinchando con un cuchillo) a 180ºC.
Una vez asadas, las sacamos del horno, retiramos el papel de aluminio con cuidado y esperamos a que enfríen un poco. Las pelamos tirando de la piel con un cuchillo, que se dsprenderá muy facilmente. Cortamos la remolacha en cubitos, más o menos del mismo tamaño y la colocamos en un bol.
Por otro lado, cortamos el queso feta en cubitos de casi el mismo tamaño que la remolacha y los incorporamos al bol de la ensalada. Picamos un poco de perejil fresco, lo echamos por encima, aliñamos la ensalada con aceite, unas gotas de limón y sal. ¡La ensalada está lista para servir!