Y es que a veces puede pasar que una hace una receta y queda salada como salmuera y con unas fotos monisísimas queda solucionado y otras en las que una hace un plato que queda exquisito y no hay manera de presentarlo. Siendo así lo mejor es reinventarlo, como es el caso de la receta de hoy, que nació con intención de ser un helado y se ha convertido en lo que os traigo. Hace poco compré la súper heladera del Lidl, así como el primer experimento salió perfecto el segundo no, ya que la mezcla ha quedado demasiado líquida. Yo no desisto, el siguiente estoy segura que no va a tener nada que envidiar al mejor gelatto italiano. Lo que más pena me ha dado ha sido que el primer uso no lo documenté y el fiasco sí.
El resultado de todo esto es que hoy traemos otra receta fácil y resultona.
Tenía que aprovechar las fresas que traje el otro día del pueblo -ya os he contado más de una vez que la huerta en el pueblín va con un poco de retraso, por lo que ahora está llena de fresas- y como soy muy fan de las fresas con zumo de naranja me hice esta reinterpretación.
INGREDIENTES:
400 gr de fresas
200 ml de nata (crema de leche)
1 cucharada de leche condesada
2 cucharadas de azúcar moreno
el zumo de 2 naranjas
sal
chocolate
La receta no tiene mucho misterio trituramos las fresas con el zumo. Montamos la nata (crema de leche) y mezclamos con el resto con movimiento envolventes hasta obtener una crema. En este punto ya tenemos el plato listo para servir. Si tienes sifón, puedes meterlo en el sifón y sacar una espuma que es lo que he hecho yo. Pero si no es el caso, no te preocupes porque lo del rollo de la espuma, es una pijotería. Por último antes de presentar ralla un poco de chocolate negro para darle el toque final.
By Sara
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