Invierno es sinónimo de puchero en el mundo de la cocina. Comer un plato de fabada, cuando fuera hace frío y está lloviendo, solo puede ser superado por la siesta de después.
INGREDIENTES (para 2-3 personas):
250 gr. de fabes
1 chorizo
1 morcilla
1 hueso de jamón
200 gr. de panceta curada
1/2 cebolla
1 dientes de ajo
1 hoja de laurel
agua
Ponemos las judías, al menos, 12 horas en remojo antes de empezar a cocinar.
Ponemos en la olla, la morcilla, el chorizo, la panceta y el hueso de jamón y los cubrimos de agua y dejamos que empiece a hervir.
Cuando lleven hirivendo unos 15 minutos, añadimos, la media cebolla, el ajo y la hoja de laurel.
Seguidamente, añadimos, las fabes, incluyendo el agua donde estaban a remojo. Tiene que quedar todo bien cubierto de agua, si con esto no fuera necesario, echaríamos más (ver el nivel de agua en la foto).
Durante la cocción a medio fuego (sin tapa), hay que hacer dos cosas: una, asustar a las fabes, esto quiere decir que tenemos que echar un chorro de agua fría cuando esté hirviendo, esto lo repetiremos 2 veces. Y otra será, ir quitando la grasa que se vaya formando en espuma en la parte de arriba del caldo. Este proceso puede llegar a las 2 horas.
La cocción se para cuando las fabes están hechas. Cada uno a su gusto, a mi me gustan blanditas pero no que se deshagan.
Cuando cortemos la cocción, cogemos la cebolla, el ajo y unas pocas de judías y lo batimos todos junto y lo volvemos a echar a la olla.
Lo volvemos a poner a cocer uno 10 minutos más y lo quitamos del fuego.
Se suele decir que la fabada está mejor de un día para otro, para que repose. Yo he de decir que me gustan tanto en el mismo día como al día siguiente. ¡Ah! y no os olvidéis de comprar pan, una fabada sin poder mojar pan o hacer la pringá (ponerte el chorizo, morcilla y panceta a modo de bocadillo, o algo que me gusta más, dentro del currusco del pan)... no se disfruta igual.
¡Qué aproveche! Smacznego! Bon appétit! Enjoy it!