Un paquete de pan de molde que llevaba ya varios días abierto y ya no parecía tan fresco como al principio y una calabaza que tenía desde hace varias semanas rondando por la cocina... son los causantes de que se me ocurriera preparar esta "Falsa quiché". Y es que, ni me apetecía cenar sandwiches una semana entera para acabarme el paquete de pan de molde, ni me apetecía preparar la calabaza como lo hago normalmente...
Así que esta receta fue la excusa perfecta para aprovechar lo que tenía por la cocina y me urgía consumir, y gracias a ella conseguí dejar encantados a todos los que tuvieron la oportunidad de probarla.
En realidad, con esta receta utilicé sólo la mitad de la calabaza, pero ya puesta en la cocina no la iba a dejar de nuevo dando vueltas por la nevera... así que me preparé un delicioso bizcocho con ella que publicaré en unos días.
Ingredientes:
- Pan de molde (tantas rebanadas como sean necesarias para cubrir la base del molde que utilicemos)
- 300 gr. de calabaza ( ya pelada)
- Medio puerro
- 400 ml. nata (crema de leche) para cocinar
- 4 huevos
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
-Sal
Modo de preparación:
Quitaremos los bordes al pan de molde y con un rodillo aplanaremos todas y cada una de las rebanadas. Engrasaremos levemente el molde que vayamos a utilizar e iremos colocando las rebanadas de forma que se cubra tanto la base como los laterales del molde.
Batiremos un huevo y con una brocha de silicona lo extenderemos encima de las rebanadas de pan. Meteremos el molde en el horno, a unos 180 º y lo hornearemos hasta que el pan empiece a dorarse. El huevo horneado sobre el pan hace una especie de costra que no dejará que filtre después el relleno de la quiché.
Después de horneada la base, la reservaremos hasta que volvamos a necesitarla.
Por otro lado, trocearemos los 300 gr. de calabaza ya pelada (y de la que habremos retirado la parte de las semillas del centro) en cubos pequeños. Los pondremos en una sartén con el aceite de oliva y las cocinaremos a fuego lento hasta que veamos que comienza a ablandarse. Añadiremos después el puerro, cortado bien finito (y que habremos limpiado bien previamente).
Cuando tanto la calabaza como el puerro estén cocinados, añadiremos la nata (crema de leche) y un poco de sal. Y sin dejar de remover, dejaremos que se cocine hasta que la nata (crema de leche) rompa a hervir. Desde ese momento dejamos que se cocine un par de minutos más y lo retiraremos de fuego. Llegados a este punto, es conveniente que probeis el punto de sal por si necesitase más.
Añadiremos 3 huevos batidos y mezclaremos bien, hasta que estén perfectamente integrados en la mezcla. Puede que noteis que la mezcla adquiere más consistencia; esto ocurre porque los huevos en contacto con el calor de la nata (crema de leche) y las verduras empiezan a cuajarse.
Pondremos esta mezcla en el molde que hemos forrado con pan de molde y lo llevamos al horno, a unos 170 º durante unos 15 minutos, o hasta que comprobeis que la mezcla ha cuajado perfectamente.