Me entraron ganas de hacer un dulce pequeñito, que engordase lo mínimo, y se me ocurrió hacer unos financiers, pastelitos cuya base es la almendra molida, y que deben su origen a los financieros que se movían a principios del siglo pasado por la Bourse de París y que se los zampaban sin parar como quién compra empresas en apuros.
"Ya está", me dije. "Para inspirarme, nada mejor que acercarme a la Bolsa de Madrid y ver qué desayunan los magnates de las finanzas españolas". O sea, que me acerqué a las cafeterías próximas al sancta sanctorum del Ibex-35 y ¡oh sorpresa!, todo el mundo pedía una cafelito y unos churros. Aquellos personajes no podían ser financieros de ninguna de las maneras. "!Claaaaaro!", exclamé. "¡Si todos los financieros están desfilando por la Audiencia Nacional!". Pues para allá que me fui. En los bares próximos a la Audiencia Nacional, lo que más abundaba era gente uniformada que desayunaba el consabido cafelito y unas porras. Lo de pedirse unas porras era por no hacer un feo a la que llevaban colgando del costado, hermanada con una pistola. "Hay que ir a los orígenes, hay que viajar a la Bourse de París", pensé. Dicho y hecho. Pero en las cafeterías cercanas a la Bolsa, los financieros pedían un café-au-lait y un croissant para desayunar. Nadie pidió esos pastelitos de almendra en forma de lingote de oro que habían vuelto locos en su día a los inventores del capitalismo. Decididamente, los tiempos estaban cambiando, pero a peor.
RECETA
.
INGREDIENTES
125 g de azúcar glas.
85 g. de almendra molida.
50 g. de harina tamizada.
Una pizca de sal.
150 g de mantequilla sin sal.
4 claras de huevo (unos 125 g.)
1 cucharada sopera de pasta concentrada de fresa.
Fresas deshidratadas.
Un molde de silicona para mini financieros.
Una manga pastelera.
Azúcar glas para espolvorear sobre los financieros una vez fríos. ALMÍBAR:
50 g de azúcar.
50 g de agua.
.
PREPARACIÓN
Poner en un cazo la mantequilla al fuego y dejar hervir hasta que tome un color tostado color avellana (mantequilla noisette). Retirar del fuego y colar con un colador fino eliminando todas las impurezas que quedan en el fondo del cazo y dejar enfriar a temperatura ambiente.
Mezclar el azúcar glas con la almendra en polvo, la harina y la pizca de sal.
Batir las claras de huevo sin llegar a punto de nieve e incorporarlas a la mezcla anterior.
Una vez mezclados, añadir la cucharada de pasta concentrada de fresa* y la mantequilla y volver a mezclar bien.
Poner en una manga pastelera y dejar reposar en la nevera al menos una hora, aunque se puede dejar de un día para otro.
Poner al fuego los ingredientes del almíbar, hervir unos minutos y retirar del fuego. Cuando esté templado el almíbar hidratar las fresas y dejarlas durante media o una hora.
Precalentar el horno a 180 grados.
Sacar las fresas del almíbar y secarlas con un papel de cocina.
Poner la masa de la manga pastelera sobre el molde sin llenar toda su capacidad y colocar un trozo de fresa en el centro.
Meter en el horno durante 8 o 10 minutos.
Desmoldar y una vez fríos espolvorear un poco de azúcar.
* Hemos utilizado concentrado de fresa, pero hay infinidad de sabores. Con arreglo al sabor elegido así será el fruto que pongáis de adorno o, sencillamente, sin ningún sabor añadido y adornados con una almendra.