Es una de las recetas “estrella” de mi casa y es que ¿a qué niño no le gusta los fingers? Yo los hago con pechuga de pollo picada , resultan más faciles de comer para un niño y son mucho más suaves.
Ni que decir que “vuelan” y son una buena propuesta para prepararlos y llevarlos de picnic o en un táper a la oficina o simplemente para una cena o picoteo entre amigos. En fin, en cualquier ocasión, resultan deliciosos. Acompañados de una salsa ketchup o salsa de mostaza o mayonesa y resultarán increíbles.
Ingredientes :
500 gramos de pechuga de pollo picada
50 gramos de queso manchego semicurado
2 rebanadas de pan de molde o pan del día anterior
70 ml de leche
Sal y pimienta
Para empanar:
2 huevos
harina
pan rallado
Picamos la pechuga de pollo o se lo pedimos a nuestro carnicero que lo haga. Es importante que la carne esté casi recién picada y conservada en la nevera ya que la carne de pollo picada se estropea con mucha facilidad.
En un bol mezclamos bien la carne de pollo picada junto al queso rallado y las rebanadas de pan remojadas en leche. Salmimentamos a nuestro gusto.
Si véis que os queda una masa demasiada blanda, podéis añadirle un poco de pan rallado hasta conseguir la consistencia adecuada.
Formamos unos bastoncitos con la masa y los pasamos primero por harina, luego huevo batido y finalmente por pan rallado.
Truco: para que no se os pegue la masa a vuestras manos, es conveniente mojarlas con un poco de agua.
Si los vamos a consumir enseguida, los freímos en una sartén con abundante aceite caliente durante unos 2 minutos por cada lado hasta que estén bien dorados.
También los podemos congelar antes de freírlos y los tendremos siempre a mano en el congelador.
Para las cantidades indicadas salen unos 22-25 fingers de unos 8-9 cm de largo.
¡Ideales y super crujientes!
Bon appétit Mama
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