Los flamenquines son un plato tradicional cordobés. Aunque he tenido la suerte de comerlos en esa espectacular ciudad, en realidad los que más me gustan son otros, los que recuerdo en casa de mi abuela.
Esas comidas siempre eran una fiesta para todos los nietos porque, aunque mi madre y mis tías cocinan muy bien, ¿quién puede superar a una abuela en la cocina?
Los platos que preparaba eran siempre tradicionales pero sus preferidos eran los más básicos, como estos flamenquines. Un concepto tan sencillo que no parece ni una receta, pero llenos de sabor.
Hoy en día, que mi abuela ya no está entre nosotros, sus platos nos llenan de recuerdos maravillosos y, aunque los míos no están tan buenos como los que preparaba ella con tanto cariño, no están nada mal, os lo prometo.
¿Qué necesito?
4 filetes de jamón de cerdo
4 lonchas de jamón serrano de calidad
1 huevo
Harina
Pan rallado
Aceite de oliva
Ajo
Perejil
1 limón
¿Cómo lo hago?
Como ingrediente principal del plato, la carne debe, no solo ser buena, sino estar bien cortada. Así que si tenéis un carnicero mañoso, no habrá problema. Los filetes de jamón suelen ser bastante estrechos por lo que lo mejor es que os los corten dobles y, por supuesto, muy finos para que al hacer el rollo, no quede excesivamente grueso.
Vamos con el plato en sí. Unas horas antes, adobamos los filetes con el zumo del limón y ajo y perejil muy picaditos.
En el momento de prepararlos, los extendemos bien, ponemos una loncha de jamón encima de cada uno
y los enrollamos con cuidado intentando que queden lo más apretados y uniformes que sea posible.
Una vez montados, los rebozamos primero en harina y después en huevo y pan rallado.
Por último los freímos en abundante aceite de oliva.
Por supuesto los podéis acompañar con lo que más os apetezca, patatas, arroz. Nosotras nos hemos decantado por un producto estrella de nuestra tierra, los pimientos de Padrón.¿Qué más necesito saber?
Como veis, no les hemos puesto sal ya que el jamón ya es lo suficientemente salado.
Tened cuidado de que el aceite no esté demasiado caliente ya que, de ser así, el pan rallado se quemará mientras los flamenquines aún estarán crudos por dentro.
Fuente: este post proviene de Vuelta y vuelta, donde puedes consultar el contenido original.
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