En esta entrada os queremos hablar de una receta emparentada en cierta manera del pisto manchego, aunque tiene su origen en Aragón como forma de aprovechar al máximo las hortalizas del verano, os estamos hablando de la “Fritada aragonesa”.
Para hacer dos raciones generosas de nuestra versión de la “fritada aragonesa” necesitaremos los siguientes ingredientes:
2 patatas grandes (o tres de medianas)
Medio pimiento rojo
Medio pimiento verde (o italiano)
Medio calabacín
Media cebolla
Sal
Pimienta negra molida
Aceite de oliva virgen extra
Lo primero que haremos será poner a calentar una sartén con una buena cantidad de aceite de oliva. Mientras este caliente, pelaremos las patatas y las cortaremos a rodajas finas y desiguales (como si quisierais hacer una tortilla de patatas). Una vez el aceite haya calentado, freiremos las patatas hasta que estas queden bien hechas.
Cuando tengamos las patatas hechas, las pondremos en un escurridor para quitarles el exceso de aceite. Una vez sin exceso de aceite, pondremos las patatas en un bol grande.
En el mismo aceite freiremos el calabacín cortado a dados más o menos pequeños. Cuando esté bien cocinado, lo pondremos en el escurridor y repetiremos el proceso de eliminación de aceite que hemos hecho con las patatas para finalmente añadirlo con estas.
El penúltimo paso será cortar la cebolla en juliana y los pimientos a dados. Ambas cosas las cocinaremos en la misma sartén que el resto de los ingredientes y repetiremos el proceso que hemos hecho con estos.
Una vez tengamos todos los ingredientes en el bol, salpimentaremos y los mezclaremos bien y pasaremos a presentar para servir inmediatamente.
Se queréis un plato vegetariano tendremos esta opción:
Fritada aragonesa
Pero si le queréis dar un poco más de fundamento y proteína a la "fritada aragonesa", podéis añadirle un huevo frito y ya, tendréis una fabulosa y completa cena.
Fritada aragonesa con huevo
¡Buen provecho!