Como cada año, los últimos días de Agosto, cuando pienso en Septiembre me viene a la mente aquella vieja canción que canturreo en voz baja: Cuando llegue Septiembre todo será maravilloso…Cuando llegue Septiembre, se ocultará la luz mas pronto.
Sí, Septiembre es diferente y también en maravilloso, aunque nos traiga el otoño y para muchos, otoño es sinónimo de melancolía, quizás por el recuerdo de días de vacaciones, de descanso, para otros es volver a la rutina, llenos de proyectos que han ido tomando forma en los meses de verano.
Porque aunque no lo reconozcamos, Septiembre está grabado en nuestros pensamientos como el mes en el que comienza una nueva etapa en la vida.
Es en Septiembre y no en Enero cuando sentimos que empieza un nuevo ciclo, ahora es cuando retomamos actividades dejadas de lado, quizás la vuelta al trabajo para algunos, a los estudios para otros, se vuelve a los gimnasios, a ponerse a dieta intentado perder ésos kilos que igual no se irán; las televisiones se ponen las pilas dejando atrás repeticiones, se publicarán nuevos coleccionables desde miniaturas, de croché, de punto o enciclopedias de libros clásicos que echábamos de menos en nuestras estanterías y por supuesto el sempiterno regreso al estrés y como no, a las tareas domésticas y por ende también a las cocinas.
Es el mes de las novedades….de volver a empezar, un mes en el que todo será diferente como dice la vieja cancion….
Y los blogs de cocina no vamos a ser menos, nos ponemos las pilas, se encienden los fogones virtuales y animamos a cocinar. Así que ¿preparados? ¿Listos?
Comienza Septiembre..tambien en Mi Cocina.
Pero yo hoy, no les voy a hacer trabajar mucho, ésta receta de hoy es algo rápido de preparar, delicioso, sencillo y resultón.
Muy popular y habitual escuchar en época no tan lejana: "marchando una de gambas al ajillo" en los bares típicos y tradicionales malagueños. Eso sí, para conseguir ésta riquísima tapa con todo el Sabor a Málaga, las gambas deben ser frescas, del día (no congeladas, ni descongeladas que suelen vender como gambas recién capturadas) fácil de conseguir en los mercados de Málaga.
pero hay un viejo refrán que dice: A falta de pan, buenas son tortas; pues bien, he de reconocer que de vez en cuando, también preparo al ajillo unos langostinos, que les aseguro están ricos, ricos, ricos.....
¿Cómo las hice?
Ingredientes:
Gambas (la cantidad en ésta ocasión una vez peladas, fue más o menos unos 200 grms.), dos dientes de ajo laminados, sal, un vaso pequeño de aceite de oliva y una guindilla (pimiento chile pequeño; en función de que si gustan más o menos picante, bien se puede prescindir e incluso añadir una guindilla más).
Los pasos a seguir:
Pelar las gambas y reservar la carne (las cabezas y la piel las suelo usar para hacer un caldo que suelo congelar y usar para cualquier receta que necesite darle más sabor a marisco).
En una cazuela de barro (o sartén como hice con los langostinos del video anterior) echar el aceite, los ajos y el pimiento chile.
Ponerlo en el fuego y dejar pochar sin que se lleguen a dorar.
Retirar y añadir los langostinos,
salar al gusto, dejándolo hacer durante uno o dos minutos, no necesita más cocción, removiendo la cazuelita a fin de que ligue el aceite con el jugo de las gambas, como si de un pil-pil se tratara.
Retirar del fuego y servir muy caliente.
Ya sólo queda disfrutar con una buena rebanada de pan.
Bien hallados quienes visitáis Mi Cocina y volviendo a mi rutina los fogones quedan nuevamente operativos en éste nuevo mes de Septiembre, en el que mis recetas serán más o menos diferentes.