Garbanzos, sal, aceite de oliva y especias. Con estos simples ingredientes podéis hacer un aperitivo delicioso. Igual nunca os habías imaginado que los garbanzos pudieran ser un aperitivo porque siempre los hemos asociado a los potajes, los cocidos, las ensaladas o el humus por poner unos pocos ejemplos. Pero resulta que esta legumbre también puede degustarse como si fueran almendras saladas, cacahuetes o pistachos. Lo importante es cocerlos, añadirles las especias que más os gusten y hornearlos. Fácil, ¿no? Y, por supuesto, sorprendente para familiares y amigos. ¡Ah! Y si os sobran garbanzos del aperitivo -que no sobrarán- siempre los podéis añadir a una ensalada.
RECETA
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INGREDIENTES
300 g de garbanzos
Sal
Aceite de oliva
Especias al gusto: pimentón, cúrcuma, sal de ajo, comino molido...
PREPARACIÓN
La noche anterior poner los garbanzos a remojo en abundante agua templada.
Poner agua en la olla exprés, cuando rompa a hervir echar los garbanzos lavados y escurridos. Tapar y dejar hervir hasta que los garbanzos estén tiernos, 20 o 25 minutos dependiendo de la calidad de los garbanzos y de la olla que uséis.
Escurrirlos y secar con papel de cocina.
Si queréis ahorraros este paso podéis utilizar garbanzos de bote, en ese caso tenéis que lavarlos bien, ponerlos a escurrir con u colador y secar igualmente con papel de cocina.
Ponerlos en un bol amplio e ir añadiendo las especias al gusto, la sal (que no hemos puesto al hervirlos para evitar que se desprenda la piel), un chorrito de aceite de oliva, media cucharadita de cúrcuma, un poquito de sal de ajo, pimentón, comino molido... y otras especias de vuestro gusto. Las cantidades podéis ponerlas según vuestro criterio. Remover bien para que se mezclen las especias con los garbanzos. En este punto podéis probar y añadir más cantidad de sal o de otras especias.
En una bandeja de horno poner papel de hornear, extender bien los garbanzos para que no queden amontonados y meter en el horno precalentado a 200º durante 35 o 40 minutos tapados con otra hoja de papel de horno, de esta manera los garbanzos no saltan ni se queman.
A mitad del horneado remover bien para que se doren por todos los lados. Pasado ese tiempo probarlos, tienen que quedar crujientes. Sacar y dejar enfriar antes de guardar en tarros de cristal.