Lo mejor de todo, que la preparación es juego de niños y que no se necesita horno. Así que es perfecto para cuando queremos un postre rico pero no queremos soportar las altas temperaturas de la cocina (en invierno ésto se agradece, pero ahora...).
Así que aquí os dejo cómo preparar esta riquísima gelatina de queso y fresa que os encantará.
Ingredientes
190 gr de queso crema (tipo Philadelphia)
2 sobres de gelatina sin sabor
1 lata pequeña de leche condensada
2 y 1/2 tazas de agua
1 sobre de gelatina de fresa u otro sabor
Preparación
Engrasamos nuestro molde de silicona y metemos al congelador mientras preparamos la receta.
Disolvemos en media taza de agua los dos sobres de gelatina sin sabor y reservamos.
Ponemos a calentar la leche condensada y agregamos el queso crema para que se vaya derritiendo. Cuando la mezcla comience a hervir retiramos del fuego y añadimos la gelatina sin sabor disuelta en agua hasta que se haya integrado por completo.
Vertemos la mezcla en el molde previamente engrasado que habíamos metido al congelador (esto hará que al desmoldar la gelatina nos resulte más fácil).
Dejamos enfriar la gelatina de queso y cuando ya haya templado la metemos a la nevera durante unas dos horas.
Ahora vamos a preparar la gelatina de fresa, que será la base de nuestro postre.
Disolvemos la gelatina de fresa en una taza de agua y calentamos. Cuando comience a hervir, añadimos la otra taza de agua sin dejar de revolver.
Cuando la gelatina haya enfriado, vertemos con cuidado sobre la gelatina de queso que ya habrá cuajado.
Enfriamos durante 2 o 3 horas.
Para desmoldar, tratamos de despegar los bordes cuidadosamente con la ayuda de las yemas de los dedos, apretando un poco hacia abajo. Volteamos con la ayuda de un plato y la gelatina caerá sola.
¿A que os ha resultado súper fácil?