La de platos que nos hemos perdido de pequeños por negarnos a comer verduras, y ahora que hemos recuperado el paladar de mayores comeríamos cada día.
Un ejemplo son las habas, que siempre me había negado de más jovencita y que a mi madre le vuelven loca...y ahora a mí también desde hace ya algún tiempo.
Al vivir en el Delta del Llobregat tengo la gran suerte que si sales a pasear los domingos por los huertos, encuentras agricultores que te venden su producto mano a mano. Y eso no tiene precio alguno.
Si a eso le sumamos una sobrasada con un toque picante de mi último viaje a Mallorca, unas puntas de solomillo de cerdo, las hierbas aromáticas de mis plantas y un par de cosas más nos aparece delante el plato que veis en la foto. Un festival de sabor, os lo aseguro.
INGREDIENTES
500gr habas pequeñas/medianas peladas
3 ajos tiernos
2 chalotas pequeñas
200gr solomillo cerdo
50gr sobrasada mallorquina
200ml caldo natural de cebolla ecológica Aneto
Tomillo
Sal y pimienta
ELABORACION
Cortamos el solomillo en trozos alargados y pequeños, salpimentamos y salteamos en la sartén con aceite de oliva. Reservamos.
Cortamos las chalotas y los ajos en trocitos pequeños, salamos y rehogamos un par de minutos.
Añadimos las habas junto a una ramita de romero y seguimos rehogando unos 5 minutos a fuego bajo hasta que todas las verduras estén tiernas. Si hace falta añadir un poco de aceite.
Incorporamos el caldo y dejamos al chupchup unos 10 minutos a fuego lento. Han de quedar jugosas, no caldosas.
Rectificamos de sal si fuera necesario y molemos pimienta al gusto.
En el ultimo momento añadimos la sobrasada en trozos pequeños y daremos un par de vueltas. No queremos que se deshaga del todo.
Servimos bien caliente, yo acabo con un chorro de aceite de oliva virgen extra de sabor fuerte para darle un toque definitivo.