En esta ocasión le ha tocado a la quinoa. Es un pseudo cereal al que se le atribuyen multitud de propiedades: bajo indice glucémico, rica en fibra, alto nivel de proteínas... que se está poniendo muy de moda últimamente en España pero que ya usaban los aztecas. Aquí os dejo una referencia de un blog de una nutricionista que habla sobre ella. Su uso puede ser de múltiples formas desde dulce a salado.
Lo he probado antes de esta receta de dos maneras. Rehogado con verduras y pollo y en ensalada. No me había convencido porque es algo insípida y al hervirlo cogía demasiada agua lo que hacía que se quedara como una especia de pasta grumosa. Así que tenía el paquete muerto de risa en el armario hasta que se me ocurrió buscar alternativas por Internet y es que, soy de acabar todo lo que compro intentando darle una segunda oportunidad, no me gusta nada tirar comida, me supera e intento hacerlo lo menos posible.
Al principio según el paquete la cocía durante 15 minutos pero luego he pasado a cocerla 10 minutos y dejarla reposar unos 5 minutos dentro de la cazuela y ha quedado mucho más suelto.
¡Esta receta de hamburguesa nos ha encantado! repetiré seguro y volveré a comprar quinoa otra vez aunque de esa que viene mezclada de varios tipos. Desde luego se puede usar cualquier pescado aunque usé pescadilla y cualquier especia.
Ingredientes (4 hamburguesas):
1 filete de pescadilla mediano
100 gr de quinoa
1 huevo
1 ajo
1 cucharada de curry o las especias que más nos gusten
sal
pimienta
aceite de oliva
Preparación:
Limpiar bien el filete de la pescadilla de espinas y piel y picar. Yo lo piqué a mano muy fino, no me hizo falta trituradora. Reservar.
Enjuagar la quinoa y hervir en agua salada durante 10 minutos. Dejar reposar 5 minutos en ese mismo agua y colar para escurra todo el agua posible.
En un bol grande juntamos el huevo con la quinoa, las especias, la pescadilla muy picada, el ajo triturado y sal y pimienta al gusto. Nos quedará una masa espesa.
Poner al fuego medio una sartén antiadherente con un chorro de aceite de oliva y cuando esté caliente vamos poniendo a cucharadas la masa en forma de hamburguesas (me ayudé de un emplatador para darle forma redonda pero si no tenéis aunque os quede más irregular no tendréis problema para conseguir una forma redondita). Puse más o menos tres cucharadas por hamburguesa. Cuando veamos que ya se está tostando damos la vuelta y hacemos por el otro lado. No hay que hacerlas muy gruesas ya que sino nos pueden quedar crudas por dentro.
En esta ocasión la he acompañado una ensalada que le ha venido estupendamente. Llevaba lechuga, tomate, queso fresco, nueves y un aliño con aceite de oliva, miel y vinagre de manzana que está buenísimo.
¡Espero que os guste!