Cuenta la leyenda que, en 1894, un corredor de bolsa retirado pidió en el icónico hotel Waldorf Astoria un desayuno especial contra la resaca.
Consistía en Huevos escalfados sobre una tostada de pan, bacon crujiente y salsa holandesa. Óscar, el maître del hotel, que era un visionario, incluyó la receta en el menú de desayuno, pero sustituyendo la tostada por un muffin inglés.
Yo también he tuneado los clásicos huevos Benedictine sustituyendo el muffin por nuestro andaluz mollete de Antequera. También he cambiado el bacon o panceta por el salmón ahumado.
Ahora se estilan mucho estos huevos en los Brunch (mezcla de Breakfast+lunch o desayuno+comida de los sábados y domingos en los que uno se levanta más tarde. Admiten infinidad de combinaciones, pero no debe faltar el huevo poché y la salsa holandesa.
Para 4 personas:
4 huevos
4 molletes o rebanadas de pan
4 lonchas de salmón ahumado
cebollino
aceite de oliva virgenPara la salsa holandesa:
2 yemas de huevo
110 g de mantequilla
1 cucharadita de mostaza de Dijon
1 cucharada de zumo de limón
Preparamos primero la salsa holandesa. Realmente es como una salsa mayonesa, pero en lugar de hacerla con aceite se hace con mantequilla.
Para ello, se derrite la mantequilla en un cazo a fuego lento.
Se ponen las yemas en el vaso de la batidora, se añade la mostaza y una pizca de sal y se bate sin levantar el pie de la batidora del fondo, agregando a hilo la mantequilla fundida.
Se incorpora el zumo de limón y se vuelve a batir. Se reserva.
Se cortan los molletes por la mitad y se tuestan en una tostadora.
Se corta un papel de film en cuadrado y se dispone sobre una taza, haciendo un hueco. Se añade una pizca de aceite de oliva. Se casca un huevo y se coloca dentro de la taza con el papel de plástico. Se cierra haciendo un paquetito (yo pongo una pinza de las de Ikea o un cordel o una goma).
Se repite la operación con los otros tres huevos.
Se pone una cazuela con agua a hervir. Se introducen los saquitos con el huevo (yo los pongo dentro de un colador) y se deja que se cuezan durante 4 minutos. Es importante no pasarse en el tiempo, pues se cuajaría demasiado la yema.
Se reparte el salmón encima del pan tostado, se coloca un huevo poché, se salpimenta y se espolvorea con cebollino. Se sirve con la salsa holandesa.