Hay cosas que me gustan del verano. Pocas, ya la sabéis, pero algunas son lo mejor de este mundo y parte del extranjero.
Una de ellas son los olores. Y no me refiero a la mezcla de bronceador, gambas fritas y emanaciones corporales que se huele en la playa, no.
Si estáis por algún país mediterráneo y en pleno mediodía os atrevís a salir al monte a soportar los más de 30 grados al sol, abrid bien las fosas nasales y sentid el aroma de las aromáticas que han estado expuestas al sol durante horas.
Mi marido y yo somos caminantes de los que salimos de casa temprano por la mañana, que sólo nos cruzamos con los ojerosos propietarios de perros que tienen sus necesidades, y echamos a andar 35 kilómetros solamente por el placer de estirar las patitas. Uno de mis caminos favoritos, si no el que más, atraviesa la sierra de “l’Obac” dentro del parque natural de “Sant Llorenç del Munt“. Normalmente llegamos al punto más alto cuando más calienta el sol. El olor que desprende el romero, la retama (acabo de descubrir esta palabra) y en general toda la colección de hierbas que crecen allí arriba y que llevan toda la mañana calentándose al sol es una auténtica locura para los sentidos.
Foto cortesía de mi #instagramhusband
Cada vez que cocino algo con romero, con tomillo, con oregano… no puedo evitar llevármelos a la nariz y respirarlos cual farlopero en un after.
Los que usé en esta receta, sí, también pasaron por mis narices pero de lejos, que tampoco hay que ser cochino con “las cosas del comer”
Ah, pero me olvidaba. Que tanto hablar de las hierbas, pero en realidad los protagonistas son los albaricoques, ya me perdonarán ja ja ja… ahí están, mirad qué majos como si estuvieran en su cunita. ¡Que os como!
Muslitos de pollo con albaricoques (y hierbas, muchas hierbas!!)
Para dos personas:
4 muslitos de pollo
6 albaricoques
Media cebolla mediana
Unas ramitas de tomillo y de romero
200 ml. de vino blanco para cocinar
200 ml. de caldo de ave
Sal, pimienta, AOVE
Para que el pollo no quede con tanto líquido en el horno, primero reducimos el vino y el caldo a la mitad, hirviéndolos durante unos 5 minutos. Esto es opcional, solamente para que el sabor se mantenga en la bandeja de horno sin que quede una sopa, así haremos un concentrado
Partimos los albaricoques por la mitad, los deshuesamos y los pelamos
Pelamos la cebolla y la cortamos a láminas, no demasiado finas
En una bandeja de horno colocamos los muslos de pollo, los albaricoques, la cebolla, las hierbas aromáticas, sal, pimienta y aceite de oliva y lo ponemos al horno a 220º durante 40 minutos. Si tenemos un horno que nos seque demasiado el pollo, lo podemos ir remojando con la misma salsa.
¡¡¡Recordad comprar un buen pan para esa salsita!!!
En este plato, como veis, hay algo de lo que no he hablado. Ese puré de patatas que BORDO y creedme, merece un post para él solito. No por difícil, al contrario, sino por tremendo.
¿Queremos ver qué han preparado mis compañeros de juego? ¡Claro que sí queremos, tesssoroo!!
María José: https://aquisecuecejugando.blogspot.com.es/
Carlota: https://articuina.wordpress.com
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Hasta la próxima!