Comprueban que no estamos muertos y si quedamos vivos, ya no contamos para nadie
Solo contamos para nuestras familias, porque ni para nosotros mismos contamos
Cuando somos conscientes de las lesiones, del estado de nuestras piernas, de nuestras médulas, dejamos de existir
No todavía no te quieres creer que no volverás a caminar, que te alimentarás por unos tubos el resto de tu vida, que ya no estarás solo nunca más. Tu intimidad termina
Porque todo lo que quieras hacer o lo que debes hacer, te lo hará otra persona
Nunca más solo. Ni un segundo de soledad
Tu familia se hará fuerte por ti, se sentirá optimista por ti, se tragará las lágrimas por ti. Al mismo ritmo en que pierdas masa muscular y engordes sentado en tu silla de ruedas, ellos se harán fuertes, musculados, fibrados, para poder soportar tu peso
Tu casa ya no volverá a ser como antes. Rampas, agarraderas, grúas, camas eléctricas, cuñas, empapadores, pañales
Tus amigos harán su vida y se irán alejando. Sienten tanta pena cuando te ven así...
Tu hubieras preferido morir a quedarte así, pero ni eso puedes decir, cuando oyes a tu madre dar gracias porque estés vivo
Y aflorarán sentimientos que antes solo sentías hacia los demás: pena, compasión, lástima. Luego rabia, impotencia, asco
Pero da igual, tú sigues anclado a una silla de ruedas
Hablan de superación, de salvar barreras, de no autocompadecerse
Y tú no entiendes nada y te quieres morir. No puedes luchar sin poder moverte
Y ellos insisten. Hablan de músculos, de obesidad
Y unos días los entiendes, pocos. Pero ves pasar los días con la vista puesta en el ombligo de los demás y no quieres
Quisieras tener fuerzas y no las tienes
Las fuerzas se fueron en aquel choque frontal
Tú ibas riendo, feliz, con todo el fin de semana por delante. Y el de enfrente, igual que tú, pero diferente, cargado con dos copas de más pero controlando, siempre controlando
Y arrasó con tus fuerza y con toda tu vida
Porque en esta vida lo más importante es controlar y celebrar la vida
INGREDIENTES
Placas de lasaña precocidas
300 g de espinacas congeladas
1 litro de leche
50 g de harina
50 g de mantequilla
2 cucharadas de aceite
Queso rallado al gusto
Nuez moscada
Pimienta
Sal
ELABORACIÓN
En la cubeta, derretir la mantequilla con el aceite en Menú Cocina
Añadir la harina
Remover bien para que no se hagan grumos
Añadir un chorrito de leche
Remover hasta que se absorba
Ir añadiendo leche poco a poco sin dejar de remover(no añadir más leche hasta que no se absorba bien la anterior)
Remover hasta conseguir una bechamel suave
Añadir sal, pimienta y nuez moscada (probar hasta que esté a vuestro gusto)
Mezclar
En otra cubeta, poner un hilo de aceite
Saltear las espinacas bien escurridas 2
Untar un molde con mantequilla
Cubrir con una capa de bechamel
Colocar placas de lasaña encima de la bechamel
Colocar espinacas encima de las placas de lasaña
Volver a colocar placas de lasaña + bechamel + espinacas
Terminar con bechamel
Espolvorear con queso
Colocar el molde en la cubeta
Menú Horno + Tapa Horno 20
Receta adaptada de la revista Love Cocina nº 58 pág. 10
Consejos de La Farsa
*He utilizado un molde redondo
*Para cubrir con las placas de lasaña, he partido alguna placa para insertar los trozos en los huecos
*Podéis hacer esta misma lasaña directamente en la cubeta. Cubrir la cubeta con papel horno y hacer las capas directamente sobre el papel. Es mejor que el papel suba por las paredes para así poder sacar la lasaña tirando del papel
*Podéis utilizar espinacas frescas. La única condición es que a la hora de montar la lasaña estén bien escurridas
*Si queréis hacer esta lasaña en moldes individuales, utilizad placas para canelones
Utilizar vuestra imaginación a la hora de utilizar moldes dentro de la cubeta. Siempre y cuando sean aptos para horno