Hasta que un día, justo al quedarme embarazada, las vi súper apetitosas y me dije que tenían que estar bien ricas. Las probé y me las comí. Otra cosa que le tengo que agradecer a mi pequeñaja, jejeje. A día de hoy cada vez me gustan más!
Mis lentejas guisadas siempre las preparé al gusto de mi chico, que era quien las comía. No las preparo como la mayoría de la gente, simplemente en agua y después le echo el resto. Van guisaditas desde el principio con el sofrito, con su choricito, su panceta y su morcilla (aunque ésta no la comemos) También les pongo patata por petición masculina. No son precisamente ligeras, para que engañarse, pero son muy completitas y perfectas para aguantar el frío, nieve o lo que se ponga por delante. También nos gustan caldositas, para poder mojar en el pan si apetece, aunque la foto no la pude sacar el mismo día y al día siguiente ya están más espesas, aún así, deliciosas!!!
Con ellas participo por primera vez en #losviernesreto, capitaneado en esta ocasión por @enis_kitchen, que nos propone despedir el invierno con ese plato que nos encanta y solo lo hacemos en esa época. Si te gusta cocinar y no quieres perderte los retos, no dejes de pasarte por la página de @losviernesreto.
Os dejo con mis lentejas, y ya sabes, si no las quieres, las dejas!!!
INGREDIENTES:
Un poco menos de una taza de lentejas nunca las dejo a remojo)
1 diente de ajo
1 cebolla
1 puerro
2 zanahorias
1 tomate
caldo de verduras o agua
1chorizo
1 morcilla
1 trozo de panceta
1 hoja de laurel
1 patata grandota
sal
aceite
1 cucharadita de pimentón dulce
chorro vino blanco
PREPARACIÓN:
En una cazuela con un chorro de aceite, ponemos a pochar el diente de ajo bien picadito, con la cebolla y el puerro cortados menudos. Añadimos la zanahoria en rodajas y dejamos un par de minutos.
Cortamos el chorito en rodajas, la panceta en láminas y la morcilla a la mitad. La incorporamos a la cazuela y damos unas vueltas hasta que suelte un poco de color el chorizo. Incorporamos el tomate rallado, damos unas vueltas. Vertemos el pimentón y el chorro de vino blanco. Dejamos evaporar.
Añadimos unas 4-5 tazas de caldo o agua, según lo espesas que gusten, las lentejas y el laurel. Tapamos, dejamos hervir, salamos y dejamos cocer tapado a fuego lento sobre una horita.
Pelamos las patatas y las chascamos menudas. A media coción de las lentejas las incorporamos a la cazuela.
Servimos calentitas y que no falte el pan!!!