Lo bueno de esta tarta es que TODO se come y que no hay nada de fondant, algo que a muchos no les acaba de hacer gracia. La verdad es que he conseguido plasmar la idea que me vino a la mente cuando vi el molde. Me la imaginaba más o menos así... Hay alguna idea que se ha quedado por el camino por culpa de la falta de tiempo, pero más o menos era esto lo que pensaba y quería hacer.
Yo soy así. De vez en cuando me dan venadas, me vienen ideas locas que me rondan la cabeza y que sé que tengo que hacer sí o sí porque si no me voy a arrepentir. Me ha pasado más de una vez. La mayoría de las veces salen cosas decentes... otras... dejémoslo ahí. Esta vez estoy muy contento con el resultado, creo que es una buena tarta... y estaba deliciosa.
Es un bizcocho muy jugoso, una receta que me encanta y que hago siempre que puedo porque me gusta mucho el resultado. Además, va acompañado de un buttercream de merengue suizo que es una crema muy suave y sedosa que encaja a la perfección con el bizcocho. Pero lo mejor es el toque crujiente de los huesos en medio de la crema con los que parece que estás comiendo restos de huesos de otros muertos que ya descansan en tierra... ¡Muy tétrico todo!
Espero que os guste mi propuesta para Halloween. Tengo otra pendiente pero no sé si me va a dar tiempo a publicarla... ¡espero que sí! Hasta entonces, espero que disfrutéis con esta y que la preparéis en casa... ¡Ya me iréis contando!
Tarta cementerio de chocolate
Dificultad: Media
Tiempo horneado: 45 mins (aprox)
Raciones: 12
Etiqueta: Postre, Halloween
Para el bizcocho
4 huevos
400 gr de azúcar
250 ml de leche
180 ml de aceite de girasol
350 gr de harina
Un sobre de levadura
Una cucharadita de vainilla en pasta
Cuatro cucharadas de cacao en polvo
Una pizca de sal
Para la crema
Dos huevos
100 gr de azúcar
125 gr de mantequilla
Dos cucharadas de cacao en polvo
Para los huesos
Una clara de huevo
200 gr de azúcar glacé
1/4 cucharadita de cremor tártaro
Una cucharadita de vainilla transparente
Para el ataúd
250 gr de chocolate negro
Colorantes en polvo
Colorante dorado
- Comenzamos con el ataúd.Yo lo hice un día antes. Para ello tenemos que atemperar el chocolate. Como usamos chocolate negro, lo que hacemos es fundir 2/3 del chocolate en un cazo a fuego medio alto al baño maría. El chocolate debe estar cortado en trozos pequeños y todos más o menos iguales. Tenemos que conseguir que alcance los 50ºC.
- Cuando lo consigamos, retiramos del fugo y añadimos el resto del chocolate. Revolvemos hasta conseguir que se funda. La temperatura debe bajar hasta los 28ºC.
- Conseguida esa temperatura, volvemos a ponerlo en el fuego hasta que aumente la temperatura ligeramente hasta llegar a los 32ºC. En ese momento lo echaremos en el molde de ataúd y dejaremos que se enfríe.
- Cuando lo tengamos frío completamente, lo desmoldamos con cuidado.
- Yo lo he pintado con colorantes en polvo y un poco de colorante en gel dorado. He usado el plano, el negro, marrón claro y algo de amarillo. Lo he ido pintando para que pareciese madera.
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- Los huesos los preparé dos días antes. Batí la clara hasta que estaba espumosa. En ese momento añadimos el azúcar glacé y el cremor tártaro tamizados y batimos hasta conseguir una textura de pasta de dientes.
- Añadimos la vainilla y unas gotas de agua y seguimos batiendo. Tenemos que conseguir que la glasa brille, que tenga consistencia pero que no esté muy dura. Para ello podemos ir añadiendo unas pocas gotas de agua de vez en cuando.
- Forramos una bandeja con papel de horno y preparamos una manga pastelera con una boquilla del número 2 de Wilton (agujero pequeño). Llenamos la manga y vamos dibujando los huesos. Es muy fácil: hay que hacer dos puntos juntos, una línea que salga de la intersección de los dos puntos y otros dos puntos al otro lado de la línea. Yo he hecho como 100 huesos... ¡paciencia!
- Seguramente os quedarán piquitos en algunos puntos porque la glasa está muy dura. Lo que tenéis que hacer es mojaros ligeramente la yema de un dedo y bajar los piquitos. No os mojéis mucho el dedo o se humedecerán mucho y no se acabarán de secar bien.
- Dejamos secar dos días para que estén firmes y los podamos despegar sin problemas. Yo los he hecho de diferentes tamaños y los ensucié ligeramente con colorantes en polvo negro y marrón............................
- Ahora vamos con el bizcocho. Para ello, precalentamos el horno a 180ºC.
- En un bol separamos las claras de las yemas. Batimos las claras junto a la pizca de sal a punto de nieve. Reservamos.
- En otro bol mezclamos las yemas, la vainilla, el azúcar, el aceite y la leche hasta que estén bien mezclados.
- Tamizamos la harina con la levadura y el cacao. Vamos añadiéndolo poco a poco a la mezcla y mezclándolo con una espátula con movimientos envolventes.
- Cuando esté bien mezclado, añadimos las claras a punto de nieves y las integramos despacio, con cuidado de que no bajen mucho.
- Engrasamos bien dos moldes de bizcocho de 20 cm y repartimos la mezcla. Yo suelo pesar para echar la misma cantidad en los dos moldes.
- Horneamos durante 45 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
- Dejamos enfriar 10 minutos en el molde y desmoldamos sobre una rejilla. Reservamos.
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- Mientras se hornea podemos preparar la crema. Para ello, calentamos en un cazo las claras con el azúcar hasta que el azúcar se disuelva.
- Con unas varillas eléctricas o con un robot batimos las claras y el azúcar hasta que haya montado bien y la temperatura haya bajado. No tiene que estar caliente o al echar la mantequilla se nos convertirá en una sopa.
- Añadimos la mantequilla cortada en cubos y batimos hasta conseguir una crema sedosa. Al principio parecerá que se nos ha cortado, pero si seguimos batiendo veréis cómo se transforma.
- Añadimos el cacao y mezclamos bien. Reservamos.
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- Ahora toda montar la tarta. Lo primero, nivelamos los bizcochos cortando las copas que hayan podido salir. Guardamos los trozos que cortemos.
- En uno de los dos bizcochos cortaremos un rectángulo de bizcocho que es donde irá metido el ataúd.
- Colocamos uno de los bizcochos sobre la base en el que lo vamos a presentar. Cubrimos la superficie con crema de chocolate y llenamos la superficie de huesos de glasa. Con esto conseguiremos que cuando muerdan un trozo de bizcocho se encuentren con huesos de antepasados que se han quedado en tierra... crujientes.
- Colocamos el bizcocho del agujero encima. Cubrimos el segundo bizcocho de crema y hacemos lo mismo con los laterales de los dos bizcochos. No se debe quedar a la vista nada de bizcocho, vaya. Tampoco hace falta una capa muy gorda de crema ni que esté perfecta.
- Desmigamos los trozos de bizcocho que nos han sobrado, incluido el rectángulo que hemos quitado al segundo bizcocho.
- Cubrimos con las migas toda la tarta para darle un aspecto de tierra. Además, yo he hecho un montoncito de tierra simulando la tierra que hemos retirado para poder sacar el ataúd de dentro... Muy tenebroso todo.
- Colocamos el ataúd con algunos huesos dentro y decoramos con algunos huesos fuera.
- ¡Ya tenemos nuestra tarta cementerio de chocolate! Parece que es muy tediosa pero es muy divertida. ¡Espero que os haya gustado!
¡A disfrutar!
- A mí me gustan los bizcochos jugosos y suelo pincelarlos con un poco de leche para que se mantengan así más tiempo.