Así de oronda luce nuestra masa de pizza después de levar durante una hora. Hemos probado distintas masas y por unanimidad esta es la elegida en nuestra casa. La receta es muy sencilla, solo tenéis que dejar que leve y la tendréis lista para poner los ingredientes que mas os gusten.
Con las cantidades que os damos podéis hacer dos pizzas medianas o una grande, podéis congelar la mitad de la masa que viene fenomenal para un día vagoneta.
Necesitamos:
400 gr de harina normal
200 ml de agua templada (no caliente)
3 cucharadas soperas de aceite de oliva (si es virgen extra mejor que mejor)
una pizca de sal
15 gr de levadura fresca
sémola de trigo para estirar la masa sobre ella (opcional)
Mezclamos la harina con la sal.
Mezclamos el agua templada con el aceite y deshacemos en ella la levadura hasta que se integre totalmente.
En el recipiente donde tenemos la harina ponemos la mezcla anterior de agua, aceite y levadura y empezamos a mezclar, pasamos la masa a una encimera con harina y amasamos hasta que no se nos pegue a las manos, el amasado es muy sencillo no tiene dificultad, cuando la masa quede lisa la tendremos lista, son unos pocos minutos.
Dejamos reposar la masa en un recipiente amplio, tapada con un trapo. En una hora tendréis una masa hermosa que habrá aumentado su volumen.
Solo nos queda estirar la masa, nosotros la estiramos sobre un poco de harina y sémola de trigo que le da un toque crujiente muy rico, similar al de una conocida marca de pizzas.
Precalentamos el horno 250 grados, colocamos la masa encima de un papel de horno en la bandeja de hornear, colocamos los ingredientes a nuestro gusto, nosotros tomate frito (no demasiado), jamón york, atún y una mezcla de cuatro quesos.
Colocamos la pizza en el lugar mas bajo del horno y en unos quince minutos aproximadamente la tendréis lista, lo iréis viendo.
Esperamos que os haya gustado nuestra receta de hoy, sencilla y hecha en casa...