Y si esta considerada una de las clásicas es por que es tan rica que se ha convertido por méritos propios en un indispensable de los desayunos. Y eso dice mucho de ella.
Estamos en verano y debemos aprovechar las frutas que nos brinda esta estación para realizar distintas elaboraciones, como es esta mermelada. La cual estoy merendando en estos momentos en una rebanada de pan tostado y convenientemente untado con mantequilla, acompañando un buen café. Casi nada!!!!
El sabor que tiene siendo casera, ya os digo que es muchísimo mejor que cualquier mermelada comprada. Pero es que ademas comparas aroma y color y no tienen nada que ver...
Por eso desde aquí os animo a siempre que podáis, preparéis vuestra propios dulces en vez de comprarlos, pero es que en el caso de las mermeladas la diferencia es tan impresionante, que una vez que pruebas tu propia mermelada, es como si se te cambiara un chip dentro, que no te deja volver a comprar una industrial.
Palabrita...
Ingredientes:
600gr. de albaricoques lavados y sin hueso
350gr de azúcar
El zumo de ½ limón
Preparación:
Tradicional
Lavamos bien los albaricoques y partimos por la mitad para retirarles el hueso. Podemos pelarlos si queremos, pero no es necesario.
Los ponemos en una cacerola junto al azúcar y el zumo de limón y llevaremos a fuego medio durante unos 35 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue y retirándole la espuma que se va creando.
Pasado ese tiempo, si nos gusta una textura más fina y sin tropezones, podemos pasarle la batidora.
Para comprobar la textura que tendrá, podemos meter un platito en el congelador y una vez frío verter con una cucharita un poquito de mermelada en el.
La mermelada se enfriara rápidamente y nos dará una muestra de cómo quedara una vez fría (recordar que cuando enfría espesara mas). Si nos gusta la dejaremos así y si la queremos más espesa la dejaremos unos minutos más al fuego hasta que nos convenza la textura.
Verter en los botes que deben estar esterilizados, se cierran y se ponen con el tapón para abajo hasta que estén completamente fríos para que hagan el vacío y duren más tiempo. Así os durara bastante tiempo.
También podéis ponerlos cerrados en una cacerola, cubiertos de agua, al fuego unos 20 minutos desde que comience a hervir y os durara más de un año.
Thermomix
Lavamos bien los albaricoques y partimos por la mitad para retirarles el hueso. Podemos pelarlos si queremos, pero no es necesario.
Ponemos en el vaso los albaricoques, el azúcar y el zumo de limón y programamos 25 segundos en velocidad progresiva 5-7-10.
A continuación ponemos el cestillo sobre la tapa, para favorecer la evaporación del líquido y programaremos 35 minutos, 100º y velocidad 2.
Si nos gusta más fina podemos programarla unos segundos en velocidad progresiva 5-7-10 y le quitaremos los tropezones. Cuidado con no quemarnos!!!
Para comprobar la textura que tendrá, podemos meter un platito en el congelador y una vez frío verter con una cucharita un poquito de mermelada en el.
La mermelada se enfriara rápidamente y nos dará una muestra de cómo quedara una vez fría (recordar que cuando enfría espesara mas). Si nos gusta la dejaremos así y si la queremos más espesa la pondremos 5 minutos más a 100º y velocidad 2.
Verter en los botes que deben estar esterilizados, se cierran y se ponen con el tapón para abajo hasta que estén completamente fríos para que hagan el vacío y duren más tiempo. Así os durara bastante tiempo.
También podéis ponerlos cerrados en una cacerola, cubiertos de agua, al fuego unos 20 minutos desde que comience a hervir y os durara más de un año.
Los magníficos albaricoques que veis en las fotografías junto a la mermelada son de lo mejorcito que podéis encontrar en la Huerta de Conil gracias a mis amigos de
SCA Las Virtudes