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Para empezar el proceso he leído mucho durante tres semanas: sobre las harinas comerciales y las caseras, sobre los tipos de panes, sobre la masa madre, sobre el tipo de horneado… Decidí empezar por hacer la harina en casa: los mixes comerciales están genial, pero son caros en comparación con los que haces en casa y además tienen añadidos que no a todo el mundo les va bien (como la dextrosa).
Este mix de arroz y avena que os traigo hoy es espectacular. Está formado por:
Un 40 % de harina proteica: avena
Un 60 % de almidones, divididos en un 50% de almidones secos (arroz blanco) y un 10% de almidones húmedos (fécula de patata).
Para empezar con mi aventura del pan casero sin gluten he querido combinar harinas con un sabor neutro y por eso elegí la avena y el arroz blanco. Quería una corteza fina y crujiente y por eso añadí ese 10% de fécula de patata.
Si tenéis Thermomix o una buena batidora no es necesario que compréis la harina de arroz y de avena. De hecho, ahorraréis mucho dinero si la hacéis en casa. Es tan fácil como triturar el arroz hasta que quede un polvo fino y uniforme (en Thermomix, 1 minuto, velocidad progresiva 5 a 10). Y lo mismo con el arroz blanco. Escoge un arroz redondo y tritura hasta obtener la harina.
Para hacer este mix necesitarás mezclar:
400 g de harina de avena
500 g de harina de arroz blanco
100 g de fécula de patata
Una vez triturados el arroz y la avena, mezcla bien los tres ingredientes (yo lo hice en el propio vaso de la Thermomix, programando 30 segundos a velocidad 5, pero se puede hacer a mano). Para conservar la harina, si no la vas a gastar de inmediato, usa un bote hermético (el mío es de cristal).
Así tendrás una harina panificable casera sin gluten, libre de aditivos, y mucho más económica que la comprada (concretamente con lo que vale un mix de 1 kg en el supermercado preparas 2 kg de esta harina).
Con esta receta puedes hacer cualquier receta de pan blanco sin gluten y te saldrá bien. Mientras publico la receta aquí, podéis ver el pan que hice con esta harina en mi cuenta de Instagram (pulsa aquí para verla), un pan con la forma del pan de molde, que corté a rebanadas y congelé en una bolsa zip para tener pan para la semana. Salió buenísimo de sabor, un sabor de pan de verdad, como dicen mis hijos, con una miga mucho más compacta y con más carácter que aquella que compré. El peso, el color, el olor y el sabor del pan que tanto echaba de menos…
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Nos vemos pronto con más recetas tan ricas como esta. ¡Un beso muy grande, amores!
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