Una moussaka delicada y sabrosa en la que sustituimos la carne picada por setas.
Ingredientes:
2 berenjenas
100 g de setas shitake
1 cebolla pequeña
2 dientes de ajo
2 tomates maduros
1 cucharada de harina integral
100 ml de leche (una tacita)
Queso rallado
Aceite de oliva virgen extra
Orégano
Sal, pimienta negra en grano
Elaboración:
Cortar el tallo de las berenjenas, lavarlas y cortarlas por la mitad a lo largo. Asarlas en el horno, o en el microondas en 10’ a temperatura máxima.
Una vez asadas, vaciarlas dejando algo de pulpa adherida a la piel, para que no se rompan ni pierdan la forma. Colocar las pieles en una bandeja de horno, picar la pulpa que hemos sacado y reservar.
Pelar y picar la cebolla, pocharla en una sartén o cazuela con aceite, hasta que esté transparente.
Lavar y picar las setas, incorporarlas a la cazuela.
Rallar los tomates e incorporarlos cuando las setas hayan reducido. Si es necesario, añadir un poco más de aceite.
Añadir los ajos picados y el orégano y seguir cocinando a fuego lento, unos 3’.
Incorporar la pulpa de las berenjenas y mezclar.
A continuación, añadir la harina, la leche, salpimentar y espolvorear orégano. Mezclar bien y seguir cocinando y removiendo de vez en cuando, hasta obtener una masa bien ligada.
Rellenar con esta mezcla las pieles de berenjena. Espolvorear con queso rallado y gratinar al gusto.
Podemos también utilizar champiñones, o una mezcla de ambas setas. Aprovechemos las muchas propiedades que tienen las setas, puesto que aportan proteína, sales minerales y oligoelementos, entre otras cualidades. Además, contando con las de cultivo y las deshidratadas, no es necesario esperar al otoño. Si las incorporamos a algunas de nuestras recetas, las consumiremos más a menudo, sin caer en la rutina del salteado o el revuelto de siempre.