Esta receta es una de mis favoritas desde hace muchos años. Es muy ligera como bien indica su nombre- mousse significa espuma en francés- y así es como debe de ser.
Esta deliciosa receta es sencillísima de elaborar. No me gusta recargarla de nata (crema de leche) como la encontramos en muchísimas recetas, creo que la base de esta receta son las claras de huevo montadas a punto de nieve y realmente la nata (crema de leche) es opcional. Ya sabéis, me gusta hacer repostería de la manera más sencilla y sana posible.
Ingredientes para unas 4 buenas copas:
-175 gramos de chocolate negro
-4 huevos
-80 gramos de azúcar en grano o glas
-30 gramos de mantequilla (opcional)
Vamos primero a derretir el chocolate con la mantequilla. Como véis pongo la mantequilla en opcional ya que es un ingrediente que solo le va a dar más untuosidad al chocolate y es perfectamente prescindible.
Truco: Podéis derretir el chocolate al baño maría o bien al microondas- en este caso ponerlo siempre en tiempos cortitos para vigilar bien el fundido y que no se os queme.
Una vez derretido el chocolate, le añadimos el azúcar y removemos bien.
Truco: Me gusta más utilizar el azúcar glas ya que se incorpora mejor en el chocolate.
Por otro lado separamos las claras de las yemas. Montamos las claras muy bien a punto de nieve con una pizca de sal- ayudará a que monten mejor- y mezclamos las yemas con el chocolate fundido- tiene que estar templado.
Incorporamos las claras en la masa anterior con movimientos envolventes y suaves creando mucho aire a la masa. Os quedará una estupenda mousse.
Llevar a la nevera un mínimo de 2 horas.
Fácil ¿verdad? Ninguna complicación, animaros a hacerla.
Bon appétit Mama
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