Nuestra madre diría que este postre son unas magdalenas y se quedaría tan ancha. Pero resulta que los tiempos cambian, el vocabulario evoluciona, e incluso en política lo que ayer era blanco hoy es negro y mañana puede que sea gris. Éste sería el caso de estos muffins de pistacho. En casa lo llamaríamos una magdalena evolucionada que ha tenido la suerte de hacer una beca Erasmus en Inglaterra y que ahora vuelve revalorizada a nuestro país. La firma francesa Jean Hervé, que nos obsequió en su día con una crema de sésamo negro que utilizamos para hacer unos bizcochos, nos ha mandado una pasta de pistacho con la que hemos hecho estos muffins. El pistacho no es uno de los frutos secos más usados en nuestra cocina. De hecho, la parte comestible ni tan siquiera es un fruto si no una semilla. El pistacho es un ingrediente esencial en la cocina árabe. Originario de Oriente Medio, Irán es su máximo productor, seguido de Siria -¡pobre Siria!- y Turquía.
RECETA
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INGREDIENTES (para 12 unidades)
200 g de azúcar.
200 g de harina.
150 g de mantequilla.
4 huevos.
4 cucharadas soperas de leche.
Una bolsita de levadura Royal.
Una cucharadita de vainilla.
2 cucharadas soperas de puré de pistachos Jean Hervé.
Un puñado de pistachos sin sal.
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PREPARACIÓN
Mezclar con unas varillas el azúcar y los huevos hasta que blanqueen.
Fundir la mantequilla en el microondas y añadir. Mezclar bien.
Añadir la harina tamizada, la levadura, la vainilla y la leche y volver a mezclar.
Por último echar las dos cucharadas soperas de puré de pistachos y mezclar bien.
Echar la mezcla en los moldes justo hasta el nivel del molde rígido.
Espolvorearlos con unos pistachos troceados.
Meter en el horno previamente precalentado a 180º durante 20 minutos, comprobar antes de sacarlos si están bien hechos pinchándolos con una brocheta.
Dejar enfriar en una rejilla.