Buenas tardes a todos. ¿Os acordáis de las recetas de sultanas de coco de la semana pasada? Pues hoy traigo una receta complementaria para aprovechar las yemas de huevo que sobraron de esa receta: natillas caseras.
Mi madre no es una gran repostera… pero sí que a veces ha preparado poleás o natillas y le quedan la mar de buenas.
Estaba pensando y pensando en qué aprovechar las yemas y utilizar la receta para incluirla en el blog. No me servía la crema pastelera pues ahora mismo no tenía previsto ningún dulce con el que utilizarla… y tampoco me valía el tema del tocinillo de cielo porque tendría que coger más yemas y volvería al problema inverso: claras de huevo sobrantes. Así pues, al final se me ocurrió lo de las natillas.
Aún no hace demasiado frío, pero me parece una buena forma de dar comienzo al otoño preparando unas natillas caseras. Un leve cambio en los postres de sobremesa… No es que las natillas no se puedan comer en verano, pero las tengo asociadas en mi memoria con épocas más frías y para tomar después de cenar, así que aquí están y espero que os gusten.
Natillas caseras
Prep: 30 min Raciones: 4 Dificultad: Baja
Ingredientes:
500 ml leche
1 rama de canela
1 vaina de vainilla (no muy grande)
1 trozo de corteza de limón (sin la parte blanca)
3 yemas de huevo L
3-4 cucharadas de azúcar (60-80 gr) (al gusto)
1 cucharada de maicena* (10-12 gr)
Galletas tipo María para decorar* La cucharada de maicena no debe ser muy colmada para evitar que espese demasiado. 10 gr equivale a una cucharada rasa. Yo me colé un poquito con la maicena y me salió algo más espesa de lo deseado.
Elaboración:
En un cazo poner la leche, la rama de canela troceada, la corteza de limón y la vaina de vainilla*. Cocer a fuego medio hasta que rompa a hervir. Apagar el fuego, tapar el cazo y dejar reposar durante 15-20 minutos para que absorba bien todos los sabores.
Colar la leche y verterla en otro cazo. Poner a cocer la leche nuevamente a fuego suave.
Aparte, mezclar las yemas de huevo con el azúcar y la maicena. Añadir a la leche poco a poco sin dejar de remover con una cuchara. Subir la temperatura a fuego medio y remover hasta que las natillas espesen un poco (recordar que cuando enfríen se espesarán aún más). Mantener a fuego suave durante 10 minutos más (para que la maicena se cocine y las natillas sepan a natillas y no a maicena). Apagar el fuego.
Verter la crema en pequeños cuencos, decorar con una galleta y dejar enfriar.
Notas:
Vainilla. La vaina de vainilla se corta igual que se corta una barra de pan para hacer un bocadillo, a lo largo. Una vez abierta la vaina se raspa la superficie interior con el cuchillo y se obtiene una pasta muy pegajosa y densa. Ahí es donde está concentrado el aroma y sabor. Añadir esa pasta a la leche, pero incorporar también los restos de la vaina. Así exprimiremos al máximo el sabor y aroma de la vainilla.